En febrero de 1958, Fulgencio Batista y sus acólitos decidieron continuar la comedia, al convocar el Segundo Gran Premio de Cuba. También la organización del 26 de Julio había mejorado, y la idea de llamar la atención del mundo a través del gran argentino era factible. Así fue como se realizó la Operación Fangio, futuro escándalo internacional, filme de Alberto Lecchi y, finalmente, libro testimonial de Arnol Rodríguez, uno de los protagonistas del hecho original.
Este libro de memorias y confesiones fue editado por la editorial de Ciencias Sociales de Cuba y presentado este último día de la Feria en la Sala Lezama Lima, antigua capilla de la fortaleza de San Carlos de La Cabaña. La reunión atrajo a mayorcitos nostálgicos y jóvenes curiosos de los episodios breves y heroicos de la historia. Toda aquella heterogénea multitud escuchó con devoción las palabras de Rogelio Polanco, director del periódico Juventud Rebelde, Antonio Mandiola, Presidente de la Fundación Fangio, y el autor.
Los tres oradores coincidieron en la importancia de este texto para dejar aclarar las peripecias organizativas, políticas y hasta de contrainteligencia que significó la operación para el movimiento revolucionario. La Operación Fangio se organizó para atraer la mirada de la prensa internacional sobre la caótica situación de Cuba, que se esforzaba en no ver la sangrienta tiranía protegida por los Estados Unidos. Más allá del filme del argentino Lecchi, no hay informaciones fidedignas. ¡Perdón! No las había.
Operación Fangio, el libro, opera sobre ese pedazo que casi todos compartimos: la nostalgia. Nostalgia por conocer a seres que superan la media, como Fangio y esos jóvenes soñadores que, en medio de un país hambreado y violento, arriesgaron su vida por el cambio.
Publicado por primera vez en el sitio de la Feria Internacional del Libro de Cuba (XV edición, 12 de febrero de 2006 (http://www.cubaliteraria.cu/evento/filh/2006/)
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