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29 de noviembre de 2013

Crónica primera de un cubanito viajantín en jelengues proletarios

Por Rogelio M. Diaz Moreno

 

Las invitaciones amables honran a quienes las emiten y a quienes las reciben. Como informamos hace algún tiempo, el Comité por una Internacional de los Trabajadores, CIT, tendió la mano al Observatorio Critico de Cuba y ahora, este inquieto servidor se haya en Bélgica. ¿El objetivo?, participar del Comité Ejecutivo Internacional (CEI) intercambiar ideas y experiencias, motivarnos, crecer todos como militantes y llevar estas energías a las causas anticapitalistas y comprometidas con las personas más humildes de cada una de nuestras naciones.

 

En el aeropuerto José Martí de la Habana me despidió un chubascón de frente frio. Sin incidentes fue el vuelo hasta Madrid, en donde no dio tiempo al papeleo de declarar y pasar, por la Aduana del aeropuerto una botella de Havana Club, porque ¡hubiera perdido el avión siguiente! Pues nada, hicimos feliz al puesto de la Aduana en Barajas, donde estarán celebrando y esperando por la llegada de más cubanos mal informados sobre permisos de llevar cosas de un lado para otro.

 

El pronóstico del tiempo en Bruselas, según el audio del avión final, era de tiempo despejado. Al aterrizar y ver el cielo, pensé que tales predicciones, por especialistas del llamado Viejo Continente, hacen lucir muy bien a nuestros meteorólogos de La Habana. Pero luego me explicaron los camaradas anfitriones que tal alfombra densa de nubes con lloviznita es efectivamente, para el estándar de este mes de noviembre belga, buen tiempo.

 

El camarada que me esperaba me reconoció inmediatamente, afortunadamente para mí que había dejado su número telefónico miles de kilómetros atrás. Dany Birnes me dio la primera bienvenida y luego me condujo al apartamento del camarada Finghin, donde quedamos en espera de más camaradas.

 

Desde el primer momento empezamos a conversar con gran animación, nos actualizamos mutuamente, con datos y visiones de los procesos de cada uno de nuestros países, del mundo... Al día siguiente, recibimos al camarada de Venezuela, Johan Rivas, también delegado al CEI. A estas alturas hemos hecho ya revoluciones mundiales proletarias para dos planetas Tierra y estamos madurando la de un tercero.

 

Ciertamente, esta nota ha empezado algo ligera pero, pueden creerme, este tema es de lo más serio y estamos sumamente emocionados por lo que podremos aportar, humildemente, cada uno desde su propia experiencia. La ofensiva neoliberal mundial no cesa, la resistencia de los trabajadores tampoco, la derecha aprende incesablemente, y la izquierda no se debe quedar atrás.

 

En el CEI, nos esperan varias jornadas de intercambio con delegados de unas cuarenta naciones en donde, en mayor o menor medida, se producen manifestaciones de luchas de clases, de enfrentamientos entre trabajadores y capitalistas, entre explotados y explotadores. Nuestro mayor orgullo y compromiso es tener bien claro cuál es el lado, en el enfrentamiento de estos bandos, con el que estamos alineados.

18 de noviembre de 2013

Prosperidad p=?ISO-8859-1?B?YXJhIHF1aeluZXM=?=

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Con el tradicional triunfalismo de nuestra prensa, mezclado con los nuevos aires
de demagogia reformista, presenta el diario Juventud Rebelde su artículo sobre
los resultados del Censo efectuado en nuestro país el año pasado. A partir del
título y un puñado de tablas con promedios estadísticos, se intenta convencer al
lector de que el país experimenta un proceso maravilloso, y que comienza a
florecer el bienestar de sus habitantes.

Tal vez si el título hubiera sido un poco menos pretencioso, no nos hubiera
motivado a asentar aquí un puñado de cuestionamientos. Unos cuantos de los
índices y estadísticas que presentan en el material, no pueden enarbolarse como
señal de llegada de bienestar sino con una muy alta dosis de cinismo. En última
instancia, se puede hablar de una magra disminución de la situación de
precariedad que viven tantos compatriotas. Por ejemplo, los muchos que, después
de 60 años del Programa del Moncada, todavía no poseen una vivienda digna y se
hacinan en cuarterías sin baño propio, o carecen de acceso a agua corriente.

Se lanzan al ruedo de Juventud Rebelde, además de estos datos sobre las
viviendas, unos índices de posesión de equipos electrodomésticos, como para
ilustrar que los cubanos estamos muy bien apertrechados. Pero no me convencen.
Para empezar, los periódicos cubanos se la pasan hablando mal de lo que ellos
tildan de "consumismo", que consistiría en el consumo de artículos como esos.
¿Se volvieron buenos, ahora que llegan a nuestras manos? Y antes que nada, ¿de
verdad llegan a nuestras manos?

Cuando me dicen que existen 0.78 televisores en color por cada vivienda –y 0.2
aparatos en blanco y negro– , ¿es eso un verdadero índice de prosperidad, u otro
valor más de precariedad? Porque lo que indica es que hay menos de uno, del tipo
que sea, por cada hogar. Lo mismo pasa con los refrigeradores. Yo sé que hay
países que están mucho peor. Pero no me pretendan convencer que estamos en algún
lugar aventajado. Y si vamos a la cifra de teléfonos, ya sean fijos o celulares,
nos hundimos en los niveles más retrasados que se pueda encontrar en el mundo.
La de automóviles ni se dice –aunque yo no sea fanático de ese medio de
transporte, no deja de ser un indicador de boyancia material.

Lo más triste del caso es pensar que, en la época del capitalismo, podíamos
hacernos envidiar en cuanto a esos mismos promedios por unos cuantos países de
Europa, como España o Portugal. Es verdad que en aquella época, las
desigualdades implicaban una masa de cubanos hundidos en la miseria, el tiempo
muerto, el desempleo crónico, la desnutrición y el analfabetismo. Porque, como
se sabe, los promedios en abstracto son ciegos a las diferencias sociales. No es
propaganda comunista, se puede encontrar en encuestas de organizaciones como la
Agrupación Católica Universitaria.

Y eso es lo otro y más escandaloso que no se refiere en el artículo de Juventud
Rebelde. Se habla de un crecimiento de bienestar, como si este alcanzara a todos
por igual. Como si no se acrecentaran cada día las desigualdades de nuestra
sociedad. Yo sí creo, porque lo puedo ver a cada paso, cómo en este país, los
panes y los peces se multiplican en las canastas de unos cuantos. Sin embargo,
por aquellas residencias que todos sabemos, que tienen un televisor, reproductor
de video y un aire acondicionado por habitación; en donde todos los residentes
tienen uno o dos teléfonos celulares, entre otras condiciones, ¿cuántas familias
existen en niveles de marginalidad y pobreza, para equilibrar los promedios
exhibidos con tanta autosatisfacción en el periódico? ¿La saciedad de unos se
puede promediar con el hambre de otros? ¿Los pies descalzos de los niños que
pululan ya en tantos barrios se compensan con los tenis de marca que portan un
número de afortunados?

¿Actualización hacia el pasado? Si se analiza entre líneas la mismísima prensa
oficial, se pueden apreciar algunas consecuencias del rumbo reformista actual.
Me pregunto qué tipo de prosperidad implica el cierre de los pequeños centros
escolares en zonas de difícil acceso, los mismos que antaño eran un motivo de
orgullo del sistema educativo cubano. Esta misma falta de prosperidad parecen
sufrir algunas escuelas de arte y centros de atención de salud "racionalizados",
sobre todo aquellos a los que asisten los parientes pobres de Liborio. Todos
estos eran símbolos de lo que se entendía, hasta hace poco, como "prosperidad",
en el socialismo. !Perdón, lo olvidaba!, el socialismo es un modelo "obsoleto",
como explicó el papa Benedicto cuando vino aquí, y ningún periodista oficialista
le llevó la contraria.

Una figura tan comprometida con el régimen como Raúl Antonio Capote observa con
preocupación que las mujeres llevan las de perder en este proceso de
"prosperidad" de timbiriche y reguetón. Aunque algunos quisieron linchar al
escritor Roberto Zurbano por su atrevimiento, quedó en evidencia nuevamente la
falta de capacidad del sistema de eliminar la brecha racial en la sociedad
cubana. Yo entiendo que hablen de prosperidad aquellos que pasan sus vacaciones
en "Golf resorts" en Varadero, o hasta en París y Nueva York, pero, qué tipo de
prosperidad le toca al que solo le queda el insalubre y peligroso Malecón, o al
no menos peligroso empleo del alcohol como medio recreativo –más ahora que la
espada de las prohibiciones cae alegremente sobre cuales quiera medios
particulares de holganza. Y ni un médico chino especialista en malabares con
distintas monedas parece capaz de arreglar el problema de la ínfima remuneración
salarial de la población trabajadora cubana sin acceso a monedas fuertes. Y si
pensamos en la reducción continua de la subvención de los alimentos racionados,
o en los ancianos sin otro sostén que su minúscula pensión, escarbando en los
basureros nos preguntamos, angustiados, dónde ven los periodistas la dichosa
prosperidad.

Me parece prematuro, cuanto menos, ponernos a hablar de prosperidad general,
para las personas trabajadoras de Cuba, en las condiciones que estas atraviesan.
Espero que la redacción de Juventud Rebelde no se acomode de ese lado rosado,
donde se olvidan las penurias de los prójimos menos favorecidos.

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11 de noviembre de 2013

Un día para la pachanguita en el gremio

Este jueves lo dedicamos, en La Habana, a la celebración del día de la Física Médica. Como todas las profesiones, esta nuestra de la Física Médica también tiene su pedacito de ego. Y la Organización Internacional de Física Médica –IOMP, por las siglas en inglés–  acogió la propuesta de su similar latinoamericana, la ALFIM, de declarar, el 7 de noviembre, como el día para felicitarnos.
 
La fecha se escogió como homenaje a Maria Sklodowska Curie, nacida en fecha semejante en el año. La polaca-francesa ha sido la única lumbrera del mundo en recibir el premio Nobel en dos ciencias diferentes, en Física en 1903 y en Química en 1911. Además fue pionera en las aplicaciones médicas de la energía nuclear, lo que la convertía su cumpleaños en una elección insuperable para la celebración.
 
Nuestra actividad tuvo como hospitalaria sede el Centro de Estudios Aplicados al Desarrollo de la Energía Nuclear, CEADEN. El CEADEN es un producto de la ola pro nuclear de Cuba de la década de 1980. Hoy dedica sus esfuerzos al estudio y desarrollo de proyectos en base a esta útil energía, tan estigmatizada, en distintos campos de la economía y la sociedad cubanas.
 
 
En el campo de la salud humana, las aplicaciones cubanas siguen, en la medida de sus posibilidades, los rumbos establecidos internacionalmente. En varios centros del país se practican métodos diagnósticos y de tratamiento, dirigidos particularmente a las enfermedades oncológicas. Estas son la principal causa de muerte en Cuba, en estos momentos.
 
En las intervenciones de los asistentes, se ilustró la proyección de las autoridades gubernamentales respecto al desarrollo de inversiones en instalaciones y tecnologías para modernizar y multiplicar las posibilidades actuales. Los planes incluyen equipos de imágenes médicas y de tratamiento como escáneres PET-CT, el ciclotrón adecuado a ello, y aceleradores lineales modernos.
 
La colega Adlín López, protagonista en la coordinación de la reunión, nos actualizó además sobre sus gestiones para inscribir oficialmente una Asociación cubana de Física Médica. Para este tipo de gestiones, que lidian con la burocracia gubernamental, son necesarias personas optimistas como ella.
 
Los participantes disertamos también sobre las características de los procedimientos médicos más llamativos, en los que los físicos desempeñamos un importante papel. Este servidor ofreció detalles sobre la práctica de la Radiocirugía en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología. Como mayores alicientes de nuestro trabajo, señalé la importancia del aporte que realizamos para la salud de los seres humanos y el reto de la complejidad de nuestra labor. En cuanto a remuneración, comparé, no estamos tan favorecidos como los vendedores de vegetales de nuestros mercados agropecuarios.
 
Algún buen amigo me comentó luego que no me extendí mucho en el tema de las dificultades que pasamos para llevar a cabo nuestro trabajo. Ciertamente, ni el equipamiento es todo el necesario o deseado, ni podemos llegar a todos los pacientes que quisiéramos. Hay muchas causas para ello, pero no vamos a abundar en esto aquí. Este fue un día de estar nosotros contentos y halagar nuestros ombligos, que también necesitan su poquito de estimulación.
 
 

9 de noviembre de 2013

Nuevos estatutos para central sindical cubana: ¿marginar al 90 por ciento de los afiliados?

Después de la discusión del Código de Trabajo y sin terminarse la saga de este, ha echado a andar otro proceso de definición de pautas en el mundillo laboral cubano. Alguna de esas autoridades nuestras ha decidido que la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) necesita nuevos estatutos.
 
A lo mejor hasta tiene razón, quién sabe. Al menos, yo no conozco los estatutos actuales. Yo pago, no muy puntualmente, la cotización, solo para no buscarme problemas con la administración y poder ir, en el verano, al Círculo Social del que luego hablo tan mal. Como muchos más. Sospecho que sería un estudio escandalosamente interesante averiguar cuántos afiliados actualmente conocen los estatutos vigentes, o les importa conocerlos.
 
El caso es que, en esta perestroica criolla en la que nos conducen sin que sepamos a dónde, le ha tocado el turno de actualizarse a los estatutos de la CTC. Se supone que van a aprobar su modificación en su próximo XX Congreso, en febrero del año que viene.  Yo llevo unos días buscando el anteproyecto de nuevos estatutos en los sitios web de la prensa, de la CTC y del gobierno, y no lo encuentro. Más allá de mis pocas habilidades para encontrar cosas, hoy di con una noticia que explica, hasta cierto punto, porqué mi esfuerzo ha sido estéril.
 
El órgano oficial de la CTC, el periódico Trabajadores, ha ofrecido una amplia cobertura del proceso de este XX Congreso. Y hoy ofrece un dato interesante. El estudio de los nuevos estatutos prevé ser realizado, además de por los obvios altos niveles, por "el 10 % de las secciones de base de cada sindicato en los territorios, que serán 8 mil 41, representativas de las 80 mil 677 existentes en el país."
 
Tengo un amigo que trabaja conmigo en el Departamento, que todavía no quiere creer que vayan a dejar fuera de la discusión al 90%. ¿A quién se le ocurre cambiar los estatutos de un sindicato, sin consultarlo con la mayoría de los interesados? ¿Verdad que es fuerte? Él piensa que es un problema de redacción del periódico, que ese 10% son solo los que han hecho la discusión hasta ahora, que luego les tocará a los demás, o algo así. Es una realidad difícil de meter en la cabeza de alguien, a menos que se comparta un menosprecio total hacia la democracia y la participación libre de ciudadanos en pie de igualdad, en los asuntos propios de su país.
 
Cabe preguntarse cómo habrán elegido a ese 10%. Si escogieron esas secciones al azar, si tal vez las escogieron por ser las secciones más conocidas por su comportamiento y expresiones "políticamente correctas". Tal vez porque sean aquellas que harán que los cuadros de la región queden mejor a los ojos de sus superiores. Yo no lo sé. En el periódico no dice.
 
Es verdad que cabría pensar que, de extender la discusión al 100%, se ganaría poco. Las pasadas reuniones, por el Anteproyecto de Código de trabajo, fueron mayoritariamente eventos apáticos, montados para auditorios apurados por largarse a sus casas. La directiva de la CTC bien que podía montar un espectáculo más aparentemente participativo que, con el control que tiene sobre la dirección de todas las intervenciones, no iba a arriesgar a nada. Pero está tan enraizado el desprecio a la voluntad de la ciudadanía, que tal vez decidieron no pasar el trabajo de montar el show y de aparentar acatar la voluntad que pudiera expresarse en un acto fingido de debate popular. Además, sería fastidiosa otra vuelta de discusiones con afiliados díscolos, que sólo piensan en reclamar unos salarios que alcancen para vivir decentemente sin recurrir a actos ilegales. Por eso solo se va a discutir, en la totalidad de las secciones de afiliados, otro documento, el que sirve de base al XX Congreso y que satisface los objetivos de los convocadores.
 
Los dirigentes de la CTC han reconocido, si bien solapadamente, los déficits de "liderazgo, la capacidad movilizativa y de organización que tienen nuestros sindicatos" y la pobre calidad que tienen como representantes de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Y esto no lo dicen los malvados periódicos del enemigo. Es una realidad tan fehaciente, que se manifiesta ya hasta en los triunfalistas diarios y sitios de Internet del gobierno, consultables en los vínculos contenidos en este escrito. Al final, las decisiones importantes las toma el Consejo de Estado y quien quiera que dirija las comisiones de nuestro proceso de "actualización de modelo".
 
Con esta restricción antidemocrática, anticubana y antisocialista, sobre el proceso de discusión de sus nuevos estatutos, la CTC da otro gran paso al interior de un lodazal cada vez más insalvable.

6 de noviembre de 2013

Carta de Víctor Fowler Calzada sobre cierre de cines 3D y salas de juego electrónico en Cuba

Por Victor Fowler Calzada
 
A la UNEAC
 
ICL
 
MINCULT
 
ICAIC
 
He leído con atención la nota oficial publicada en el periódico Granma el día 2 noviembre 2013 y en la cual se avisa de la decisión tomada por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros en cuanto a prohibir, con efecto inmediato, toda actividad de las salas de proyección de películas en 3D operadas por propietarios privados, así como de los salones de juegos de computadoras. El presente mensaje breve que les envío tiene que como objeto el expresar –pese a que no tenga importancia alguna para algo que ya se decidió y aplicó- mi desacuedo con la medida, en particular todo lo que en ella propone -a propósito del consumo cultural - una suerte de oposición entre los conceptos calidad y banalidad dado las inquietantes consecuencias que ello tiene a nivel social.
 
Pienso que si bien cualquier Estado tiene el derecho y la obligación de regular y normar las actividades económicas que en el territorio que abarca son realizadas, ninguno lo tiene para decidir (y esto es de lo que principalmente trata el conflicto) cuál debe de ser el consumo cultural de sus nacionales. Al Estado le corresponde la obligación de facilitar una mejor educación y disfrute de la cultura realmente universales, durante la ejecución de sus proyectos esboza y presenta la meta de aquello que considera la virtud ciudadana respecto a la relación entre el individuo nacional y la cultura; pero como tal el Estado no es un maestro ni la sociedad un conjunto de estudiantes sentados en los pupitres de un aula permanente, sometido a exámenes periódicos de habilidad y temoroso de obtener bajas calificaciones o de una vez por todas suspender. Dicho de otro modo, el Estado es un enorme facilitador, no un juez severo (lo cual queda pasra el mundo sangriento de la guerra)..
 
Tan continuada insistencia en el tema de la banalidad, fantasma que en las más diversas intervenciones sobre cultura nacional aparece una y otra vez, hace pensar que en algún punto existe (o tendría que existir) algo así como el ser banal, especie de arquetipo negativo del consumidor cultural. En este punto, lo más difícil de entender (y aceptar) es que –coexistiendo con el consumo cultural de (o con) calidad- igual debe de existir espacio de existencia para el consumidor "banal".
 
En este sentido, ser banal es una más entre las opciones de realización que una sociedad sana tiene para sus sujetos y los individuos poseen todo el derecho a consumir, sin la interferencia del Estado, los productos culturales del nivel jerárquico que así deseen, en especial los del nivel más bajo desde el punto de vista de la estética. Esto último resulta fundamental, ya que la efectividad de una democracia se prueba en la capacidad de acción (de realización, de vida) que de manera concreta existe para aquellos portadores del límite negativo del proyecto.
 
Más allá de esto, y acaso lo principal, es que el fantasma de la banalidad fabrica una figura de supuesta alienación y que, prácticamente, equivale a un nuevo enemigo social, puesto que se trata de alguien que insiste en mantenerse "externo" a la supuesta corriente sana de la calidad en el consumo; entonces, contrario a ello, no sólo es necesario defender el ser banal como un derecho humano, sino denunciar la falsedad de establecer equivalencias entre la calidad del consumo cultural de la persona y el altruismo, sentido solidario y valor de su aporte social.
 
Se pierde la brújula cuando –en lugar de orientar la discusión hacia la erosión de la solidaridad, los logros en el trabajo, la pérdida de amor o bondad en el trato entre las personas, el aumento del egoísmo, etc.- la energía se moviliza para extraer, de la "calidad" del consumo cultural, indicadores que alumbren la dinámica de los flujos sociales; como si la pregunta al reflejo pudiese sustituir el encuentro con el objeto.
 
Para mayor confusión, mientras que en una entrevista a Fernando Rojas, vice-ministro de Cultura (27/10/2013) este afirma que el Ministerio de Cultura estudia medidas que aplicar para que las salas 3D tributen a la política cultural de la Revolución, política cultural que Rojas señala que es una sola, en la nota oficial del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros (2/11/2013), apenas una semana más tarde, es ordenado el cierre inmediato de tales salas y nada deja entrever que vayan a ser reabiertas. Con esto, y por más que la nota insista en que la medida no constituye un retroceso en la nueva política económica del país, de forma implícita acaba de consagrar el principio de que ningún nuevo oficio tiene posibilidades de existir hasta tanto no sea imaginado y comprendido por las más altas autoridades político-económicas del país.
 
Vale la pena señalar que -a reserva de algún descubrimiento- las películas proyectadas en las salas de video 3D (he asistido a tres diferentes) son las mismas que en cualquier sala de video del circuito estatal o en la televisión. Realmente es difícil entender de qué se habla cuando de la intervención de Rojas se deriva que lo normal de estas salas de video 3D es promover "mucha frivolidad, mediocridad, seudo-cultura y banalidad, lo que se contrapone a una política que exige que lo que prime en el consumo cultural de los cubanos sea únicamente la calidad."
 
Por desgracia, la ecuación entre frivolidad, mediocridad, seudo-cultura y banalidad en absoluto es clara en el presente en que vivimos y hace ya más de 20 años que un conocido teórico cultural llamaba la atención acerca de que, en modo alguno, un espectáculo de Madonna (trabajado a un altísimo nivel organizacional, profesional y tecnológico) podía ser considerado "baja cultura"; cuando un fenómeno como el Cirque de Soleil hace de ese viejísimo entretenimiento una nueva forma de arte; cuando la amplia gama que va de la computadora al teléfono digital cambia la comunicación, el entretenimiento e incluso las formas de producir y consumir arte; cuando el refinado arte de la ópera encuentra, gracias a la canción popular, nuevos públicos.
 
Todo ha cambiado, incluso las bases en las cuales encuentra su apoyo el diseño de las políticas culturales.
 
Las prohibiciones constituyen cierres que niegan todo camino al diálogo, tanto en el presente como en un futuro situado a distancia razonable (préstese atención a la fuerza que en la nota oficial cobra el adverbio 'nunca') y, al cortar esa posibilidad, de inmediato dirigen la intensidad del poder (la enormidad del aparato administrativo y discursivo que lo conforma) en contra de procesos, actitudes y cosas.
 
Lo sorprendente que presenciamos aquí es la deriva según la cual una política pública (en este caso la "política cultural"), de servicio, cobra autonomía y se constituye en un objetivo en sí misma, por encima de los cambios que hayan tenido lugar en la temporalidad; es por eso que, aunque débil e incompleta, alguna explicación es ofrecida en cuanto a la prohibición de las salas de video 3D, a la vez que practicamente nada es dicho acerca de la prohibición de los salones de juegos de computadora. En este punto queda la amarga sensación de que la retórica (vieja) ha sido incapaz de elaborar algún discurso coherente para enfrentar a la (nueva) realidad.
 
Al final, y esta es la parte más nociva de las prohibiciones, es que actúan como si lo único que existiese fuesen las normativas y el control de un lado, mientras que del otro el objeto o la práctica que eliminar; de tal modo, puesto que no se discute, queda privado de voz (sin que tampoco se le ofrezca respuesta alguna) lo que –a mi entender- es lo más importante: la alegría. Dicho de otro modo, el hecho de que la cantidad de alegría que a diario se manifestaba en los lugares ahora cerrados (salas de video 3D y salones de juegos de computadoras) proviene de miles de personas concretas que allí gozaban de su tiempo libre, mis hijos, mi esposa y yo entre ellas. A estos les ha sido negado algo que, muy rápidamente, aprendieron a considerar como parte del disfrute y a cambio reciben absolutamente nada.
 
Puesto que, junto con todo lo hasta aquí dicho, es loable exponer a la más severa crítica pública todo producto cultural que estimule el racismo, el machismo, el sexismo, la violencia, la prevalencia del dinero y sus formas de generar dominación por sobre la amistad, la solidaridad o el amor, pienso que, entre otros muchos temas, varios de los que motivan la presente intervención merecen ser discutidos en algunas de las Comisiones que realizarán su trabajo durante el venidero Congreso de la UNEAC. Por tal razón comparto preocupaciones y dudas con quienes, como ustedes, son mis colegas. Es algo que hago con la convicción de que debemos de discutir mucho, pero no con las pasiones de la agitación y propaganda, sino con la desgarrada profundidad de la ciencia.  
 
Nota de Bubusopía: Victor Fowler Calzada (La Habana, 1960). Licenciado en Pedagogía. Notable intelectual y escritor cubano. Premio Nacional de la Crítica, 1998; Premios UNEAC de Ensayo y Poesía y Premio Nicolás Guillén de Poesía, entre otros. Consultar más aquí.