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20 de diciembre de 2010

Gracias, pero no

Creo que todavía me puedo considerar un cubano joven. A mis 31 años, por ejemplo, todavía no he llegado a la edad con la que Fidel entró triunfante a La Habana un 1ro de enero inolvidable, y generalmente aquel es considerado como un movimiento de revolucionarios jóvenes. Por lo tanto, no es descabellado que me sienta aludido por el despacho de la Oficina de Intereses de los EEUU en La Habana, revelado por Wikileaks, que llama al Departamento de Estado de la nación norteamericana a prestar más atención a los jóvenes y casi que a desechar a los grupos de la disidencia tradicional; porque los primeros son el dinámico sector que tendrá en sus manos el futuro del país y los segundos –en un lenguaje educado, claro está– un conjunto de viejos y viejas menos conectadas con el pueblo cubano que con las mensualidades que el gobierno gringo tiene la amabilidad de pasarles.

Entonces, cabría decir que me siento halagado por la positiva opinión que parece deducirse de tal cable. No obstante, para ser sincero, debo expresar mi opinión al respecto, en caso de que a algunos les interese y muchos otros se sientan inclinados a compartirla. La Oficina de Intereses mentada tiene parte de razón, porque es cierto que no nos sentimos para nada identificados con los fósiles de la contrarrevolución, los que venden al país por treinta monedas, los que suspiran por la intervención de los marines y mientras, siguen apoyando el bloqueo –o que lo condenan hipócritamente aconsejando otros medios más “humanitarios” de ingerencia yanqui.

Jóvenes como yo, entonces, preferimos como ídolos a hombres y mujeres de la talla de aquellos que, como Eduardo Heras León, en primer lugar repelieron la vileza mercenaria con las armas en la mano, cuando los sucesos de Playa Girón y, en segundo lugar, continuaron trabajando y luchando con sus manos, su intelecto y su amor por construir un futuro mejor, y enfrentaron por el camino las incomprensiones y obstáculos con que tropezara su integridad. Hasta ahora, solo me ha tocado vivir parte de eso que les ocurrió en el segundo momento. Espero no desmerecer tal ejemplo con lo que voy haciendo, así como tener la vergüenza y el valor necesario para cumplir, también, si la primera de esas circunstancias llegara a presentarse.

15 de diciembre de 2010

Tiene que ver

Estaba yo pensando cómo plantear lo siguiente, cuando me toque mi respectiva reunión en el centro laboral para discutir los famosos Lineamientos. Se trata de los temas del acceso a la Internet y la libertad para viajar, que un coordinador de tertulia poco comprensivo podría tratar de relegar con el argumento de que “ésos no son temas para discutir en esta convocatoria”, dejándome inconcreta la cuestión de cuál es la convocatoria, nunca librada, en que se podrían plantear. Hasta que me di cuenta de que todo tiene que ver con todo, hasta la pulga con el elefante. Y que estos temas se pueden poner en combo con otros que me importan no menos y que también me gustaría ver reflejados en este proceso.


Empecemos por el tema de las tecnologías informáticas y la navegación en red. Pues bien, las nuevas transformaciones implican un gran crecimiento del trabajo por cuenta propia. Ahí tendremos un sector económico emergente, que podría necesitar los beneficios de la conectividad. Por una parte, para promocionar sus negocitos, la casa que se alquila, el servicio que se ofrece. Por otra, para informarse y aprender de las mejores maneras de llevar un negocio así. Será posible, que no estemos lejos del día en que una fábrica encuentre en Revolico.com que Pepe es el que mejor le puede hacer el bufet para la fiesta de los trabajadores, o que en el taller de Cuquita se reparan las cornucopias que tiene rotas y ya no puede mandar a reparar en un taller estatal cerrado por ineficiente. Entonces, Pepe y Cuquita necesitarán que no se les aplique el apartheid filiofóbico (contrario de xenofóbico) de que por no ser extranjeros, no se les puede ofrecer el servicio que a los felices portadores de pasaportes ultramarinos se les vende sin tantas explicaciones complicadas de conectividad limitada, acceso social, satélites y cables ópticos que llegarán algún día.


Y lo de eliminar las limitaciones al movimiento de los nacionales va por el mismo camino. Por favor, señor o señora director o directora, si usted mism@ despidió a ese trabajador, o si el joven no encuentra un trabajo acorde con su calificación, ¡déjelo salir a probar suerte! Sin aplicarle las prohibiciones vigentes, ni las represalias a quien las desafía (decomiso de vivienda, automóvil, etc.). Y que cuando ese nacional lo desee, y esté satisfecho de lo que reunió afuera, o decepcionado, y quiera regresar, que lo dejen: a invertir en Cuba lo que haya reunido afuera, o a consolarse del trastazo y contar las experiencias. Entonces, todo tiene que ver, y ya sé cómo lo voy a plantear.

8 de diciembre de 2010

Vamos a ayudar a hacerlo público

Por razones obvias, el Estado no puede publicar todo lo que se diga en todas las reuniones –en los CDR, fábricas, centros escolares– que se llevan a cabo en estos tiempos en el proceso de discusión del proyecto de lineamientos de política económica y social, previo al sexto Congreso –¿hay que decir a qué Congreso me refiero? Se imponen las notas resumen, la selección de momentos representativos en las distintas reuniones donde estén presentes los periodistas cumpliendo su divulgativa función. Es posible entonces que muchos se queden con la curiosidad, caramba, ¿qué más se habrá dicho?, ¿habrá atrapado el o la periodista el sentido exacto de las palabras? ¿Será posible que en aquella reunión no se mencionara la inquietud que plasmaran los compañeros de la mía?

Cavilando estos asuntillos, recordé que vivimos en la era de las nuevas tecnologías, y que ahora podemos hacer mucho más por ayudar al país, a la sociedad, al gobierno, contribuyendo a la comunicación y comunalización (me quedó rico el neologismo) de los conceptos y opiniones que nos resulten más llamativos y merecedores de pública consideración. Entonces, qué tal si hacemos algo como esto: poner todos nuestro granito de arena en la socialización de lo discutido en todos los lugares a nuestro alcance. Para no quedarnos con las ganas de saber qué dijeron en el municipio de al lado, en el policlínico de enfrente, en la reunión de los pintores.

El (dichoso) que tenga cuenta en Facebook, que ponga pues, ahí, lo que se expresó en la reunión en la que estuvo. Y en su cuenta de Tuiter, o twetir, o como se llame: "@CongresoCandanga", allá va eso. Quien tenga la posibilidad, llévelo a una página web tal como la de la UNEAC; o incluso llene un espacio, unas cuartillitas impresas, para los demás laicos y laicas. Aquella que tenga un blog (je, je), que no deje de recoger lo que opinaron sus vecinos y compañeros. Quien, más humilde, solo disponga de un honesto correo nacional, pues que se lo cuente a todos sus contactos, adjuntando tal vez el resumen al correíto colectivo con la tarjetita navideña y la estrofita rosa. No le quedará a todo el mundo con el mismo vuelo profesional que a los periodistas de carrera, o con el mismo humor, o síntesis, o precisión, o belleza literaria, pero el valor del intercambio va a superar con mucho las inconveniencias. Se van a beneficiar todos, desde el que no tuvo tiempo para ver el noticiero; el que no soporta las colas de l@s viejit@s en el estanquillo para los diarios, hasta el que vio uno y otro pero que casualmente lo que se habló en su círculo personal no coincidió con lo que encontró reflejado en la prensa.

Seamos una fuente más de amplificación del debate nacional. Potenciemos así nuestra democracia. Demos una muestra más de unidad en el respeto y la diversidad y el anhelo de construir nuestro mejor socialismo.

3 de diciembre de 2010

Más sobre las no-reformas

Aunque nuestra prensa ha ido publicando bastantes artículos esclarecedores sobre el tema de las no-reformas que atraviesa el funcionamiento de nuestro país, siempre se quedan algunos aspectos que uno se pregunta cómo se enfocarán. Nuestros buenos amigos periodistas se esfuerzan explicando la genialidad de la dirección y del cambio de todo lo que debe ser cambiado (aunque aquello de cambiar todo se presta para todo) en este preciso y oportuno momento que no había llegado nunca antes ni se podía esperar para después, por ejemplo, del VI Congreso, y entonces quedan solo algunas dudillas marginales.

Por ejemplo, yo pensaba inicialmente que la entusiasta CTC iba a disminuir bastante su membresía con la racionalización, que no despido, de gran parte de la fuerza laboral. Después me quedé pensando si no podrían, los despedidos que se dediquen al cuentapropismo, afiliarse de alguna manera. Tal vez los de las paladares al sindicato de gastronomía; los que alquilen casas al de hotelería; los boteros, al de trabajadores de transporte y así sucesivamente. O tal vez se creara una estructura sindical propia, nueva, inédita, para todos los cuentapropistas. Con sus propios dirigentes, congresos, locales y carteles para desfilar por la Plaza el 1ro de mayo, etc. Bueno, eso es algo digno de analizarse. ¿Y si el titular de una licencia que emplea a otros cuentapropistas no le gusta que sus empleados se sindicalicen? ¿En qué órganos de justicia laboral se dirimirán los conflictos entre administración y trabajadores de los negocitos? El acuerdo de caballeros al que llegaron la CTC y el gobierno cubano inicios de los ´60, de que los obreros no harían huelga, ¿se extenderá a estas miniempresas?

También pensaba en este otro tema, que es importante para que los cuentapropistas no sean vistos como ciudadanos de 2da categoría, que es sobre aquellos que quieran pertenecer al Partido o a la UJC (o que ya pertenezcan, pero sean racionalizados), que debe garantizársele ese derecho. ¿Qué núcleos del Partido (o UJC) los acogerá? Si hay varios militantes empleados en un mismo negocio, es de prever que hagan ahí mismo su organización. A la que podría eventualmente pertenecer el dueño, en caso de que no se ruborice por llamarse a sí mismo socialista y explotar fuerza de trabajo.

Nada, un par de asuntos para ir pensando.

2 de diciembre de 2010

LAS RESPUESTAS DEMORAN

Aunque ya llegó la respuesta del Canciller, esta reflexión de Isbel va más allá del enfrentamiento por la votación en la ONU que nos tenía mal desde el lunes. Por eso le cedo la palabra:

Por Isbel Díaz Torres

Como es habitual, las respuestas demoran. Ya han pasado varios días desde el voto de Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas, a favor de eliminar las referencias directas a la orientación sexual en una resolución que condena las ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias o sumarísimas. Este hecho ha despertado justa indignación de personas dentro y fuera de Cuba; sin embargo, aún no se conoce de ninguna respuesta oficial de las instituciones estatales interpeladas.

Yo personalmente ni siquiera sabía que mi país firmaba esta resolución periódicamente, por lo que la noticia, en principio, me alegra. Ahora, la enmienda que en esta ocasión se ha aprobado para modificar la resolución es bien grave. No pienso que tenga una repercusión directa para la comunidad LGBT cubana (si es que tal cosa existe… pues cuando uno piensa en comunidad se imagina una mínima organización alrededor de un consenso determinado). Digo que no veo una repercusión directa, pero sí una indirecta: si los decisores (esos seres invisibles que tienen en su voz la voz de todo el pueblo ¿?) y expertos en estas áreas han optado por este camino, podemos imaginar que nuestras tímidas aspiraciones de un reconocimiento legal para las uniones diferentes a las heterosexuales (ni siquiera se habla de matrimonio) están bien lejos de realizarse. Claro, no habría que alarmarse tanto cuando nuestra ministra de justicia al ser entrevistada hace algunos meses demostró no estar al tanto de las propuestas de modificación de nuestro Código de Familia. Las Jornadas de Lucha Contra la Homofobia que cada mes de mayo hemos venido celebrando parecen no ser suficientes, sobre todo cuando del otro lado hay “oídos sordos” al reclamo de un sector importante de la ciudadanía cubana. Habrá que profundizar la lucha, pienso yo.

Por otra parte, si nos apropiamos de la frase martiana “Patria es humanidad”, entonces las consecuencias para una persona homosexual en Emiratos Árabes Unidos deberían de importarnos a los gays y no gays en esta isla del Caribe. Saber que aún hoy existen países que persiguen y sancionan con los más severos castigos (llegando al asesinato) a seres humanos por el simple de hecho de amar a otro de su mismo sexo, es indignante. Colocarnos al lado de estos países en estos temas es, cuando menos, bochornoso. Las referencias directas que han sido ahora excluidas, protegían de algún modo a un sector de la población LGBT que en varios países carecen de protección alguna en sus constituciones, y cuyos roles, orientaciones o preferencias sexuales son criminalizados con total impunidad. Después de esta votación, estos gobiernos han recibido un espaldarazo para la continuación de tales prácticas. Desconozco los mecanismos de funcionamiento de las  Naciones Unidas, no obstante exijo que nuestra delegación allí rectifique su voto (aún cuando esto no cambiara la enmienda), y se informe al público cubano de estos hechos. Las posturas éticas no necesitan de tanto protocolo, y eso lo hemos aprendido de nuestros mismos emisarios allá en la ONU, que históricamente han ido a contracorriente cuando han sentido que nos asistía la razón.

Como es habitual, las respuestas demoran… y es posible que no lleguen. Eso también es habitual. El CENESEX y la SOCUMES  han publicado una declaración útil, pues nos ha informado de lo sucedido y ha anotado que Cuba “se suma al voto del grupo de países que contemplan a la homosexualidad como un delito”.  Aunque el texto solo constata el hecho y no lo condena de manera explícita, pienso que es un síntoma alentador saber de la preocupación (y ocupación) de estas instituciones cubanas sobre el tema en cuestión. Leyendo entre líneas comprendemos que han tomado distancia de la postura del MINREX, algo bastante inédito en nuestra realidad.

Por eso las personas con una sexualidad diferente a la hegemónica debemos decidirnos ya a coordinar nuestras acciones, de manera que estas tengan la fuerza necesaria para influir verdaderamente en el rumbo y alcance de las transformaciones que deseamos para nosotr@s. L@s que sentimos la discriminación sobre nuestros hombros, debemos autorganizarnos, según nuestras propias lógicas e intereses. Puede partir de un cine-club, un grupo de amig@s, promotores de salud, un blogger, activistas gays, grupos como OREMI o HxD, proyectos editoriales como NotiG, instituciones como CENESEX y SOCUMES, personas heterosexuales (que hay muchas); tod@s, con mirada crítica hacia lo que nos rodea, hacia quienes tenemos al lado, y hacia nosotros mismos, sin autocomplacencia pero respetándonos, debemos armar esa sociedad LGBT que necesariamente forzará los cambios que se precisan. La palabra forzará no es gratuita; tengo la convicción de que los derechos no se mendigan, se exigen, se conquistan.

Esta situación es una oportunidad quizás para un paso más largo y profundo.

27 de noviembre de 2010

Actualizando la pelota

Dicen las lenguas malas que altos directivos, íntimamente relacionados con los más altos niveles del Estado, están exponiéndole a la Comisión Nacional de Béisbol la posibilidad de que los peloteros cubanos puedan jugar en ligas de países como Japón, Venezuela, México, Corea, que tienen federaciones profesionales de alto nivel y con los que tenemos relaciones diplomáticas normales, o sea, que no habría problemas con los temas financieros típicos generados por el bloqueo estadounidense. La idea no es tan nueva, si bien sí lo es el hecho de que se discuta públicamente, como en la entrevista de Víctor Mesa en el pasado número de La calle del medio.

Podríamos y deberíamos aprovechar esta circunstancia para poner una importante y onerosa actividad nacional a tono con los tiempos que se viven, de eliminar gastos y desatar fuerzas productivas. El truco de llamar “estipendio”, “pensión monetaria” o cualquier otro eufemismo al dinero que reciben los peloteros cubanos en lugar de sueldo –igual que el que ganamos todos los demás trabajadores de este país–, ya no engaña sino al que se quiere dejar engañar. Para que fueran aficionados, los Yulieski Gourriel y compañía deberían trabajar de lunes a viernes en su cooperativa pesquera, fábrica de tuercas, consultorio médico o lo que sea para ganarse ese salario, y practicar el deporte los fines de semana en su tiempo libre. Como no es así, como son profesionales, como ya se reconoce la posibilidad de que se incorporen –impuesto pagado y compromisos de representación de su país mediante – a otras ligas profesionales, acabemos de reconocer el carácter profesional de nuestro campeonato nacional, y aprovechemos las ventajas que ello ofrece.

Ya se dieron hace tiempo los primeros pasos y a nadie le dio el infarto. En los años 80´, la entrada a los espectáculos deportivos era gratuita, bajo el lema “deporte derecho del pueblo”. Bueno, pues se empezó a cobrar un precio módico que ayuda a mantener los estadios, pagar salarios, cosas elementales. Ahora, que hay que apretar para resolver los problemas de una economía en crisis, podrían meterle mano más profundamente al asunto. Total, si ya tenemos las desventajas de una liga profesional: altos costos en las condiciones de atletas y estadios; trasmisiones; migración de beisbolistas con los que los aficionados se identificaban hacia otros equipos mejor pagados (allende los mares), etc. Y no tenemos ninguna de las ventajas.

Con la economía no muy bien, en realidad las ventajas no iban a ser tantas, pero algo siempre se puede sacar. Por ejemplo, los peloteros se iban a esforzar más por rendir, lo que se traduce en mejores ingresos, y nadie iba a estar “tirando con la cara” creyéndose sagrado. En un equipo determinado, (por poner un ejemplo ficticio, SantiSpartacus) la directiva no iba a poder escachar a un pelotero de gran calidad (siguiendo con el ejemplo ficticio, Federico Céspedes), por motivos desconocidos, a espaldas de los aficionados-accionistas. En estadios y trasmisiones televisivas, se iba a poder ingresar algún dinero por propaganda de las firmas comerciales. Que nadie me diga que eso es inconcebible en nuestro sistema social, porque quien así me diga no camina por las calles de La Habana hace años, donde se sobran propagandas de Ciego Montero, TuKola, Suchel y un largo etc., y así de gratiñán. Bueno, si las firmas van a tener su propaganda, que la paguen. Sabiendo la popularidad de este deporte en Cuba, otras firmas extranjeras se interesarán en introducirse en ese mercado (las firmas de teléfonos celulares, por ejemplo, Nokia et al). Los cientos de miles de cuentapropistas que se prevé aparezcan ahora, también podrían tener un interés en anunciarse, patrocinar, aparecer. Mirando con luz más larga, siendo nuestra liga de prestigio, en otros países aparecerán interesados en trasmitir algunos juegos; sobre todo aquellos países con mayor presencia de la comunidad cubana en el exterior, que sigue en buena medida nuestra Serie nacional: más mercado para trasmisiones y mercadotecnia. Elevando el nivel del espectáculo, ya veremos a los cubano-americanos pirateando la señal de Cubavisión Internacional para ver una final Industriales-Santiago, Industriales-Villa Clara; y los capitalistas que paguen por anunciarse entre innings, seguramente se hagan los de la vista gorda ante la manera de regarse esa señal. Más los turistas que estén en nuestro país, que los recibe cada vez en mayor número, y tiene este hermoso espectáculo más para ofrecer.

El deporte aficionado es muy bonito, pero hace décadas que no es el que se juega en Cuba. No es el que nos va a hacer regresar a los planos estelares. No es el que está acorde con la actualización del modelo económico nacional, o las reformas o como quiera llamárseles. En su nombre, estamos gastando demasiados recursos imperativos en otras áreas de la sociedad. Reconociendo concientemente lo que es una realidad, podemos resolver algunos de sus problemas, “cambiando lo que debe ser cambiado”, “liberado fuerzas productivas”, y haciendo todo eso que se sabe que hay que hacer para ver si este país prospera ayudado por todos los factores.

26 de noviembre de 2010

CENESEX y SOCUMES se distancian del MINREX cubano

Declaración de la SOCUMES y el CENESEX sobre voto de Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas


El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES) hemos conocido del voto de la delegación cubana ante la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU a favor de la enmienda que elimina la mención explícita a la orientación sexual de su resolución periódica que condena a las ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias o sumarísimas.

Aunque en la enmienda aprobada nuestro país expresa su posición de condenar “razones discriminatorias, cualquiera que sea su base”, en la práctica se suma al voto del grupo de países que contemplan a la homosexualidad como un delito dentro de sus legislaciones, incluyendo la aplicación de la pena capital por ese motivo, en cinco de ellos.

El CENESEX y la SOCUMES ratifican que en Cuba no existe legislación alguna que contemple condenas con relación a la orientación sexual o la identidad de género de sus ciudadanos y que continuaremos trabajando en la aplicación del Programa Nacional de Educación Sexual, que contempla el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género como un derecho inalienable de cada persona.

Asimismo, reiteramos nuestra disposición a continuar aportando un marco referencial a nuestros decisores políticos, desde la investigación científica, la educación y el diálogo, que permita continuar reconociendo los derechos sexuales como derechos humanos, en correspondencia con el apoyo otorgado por Cuba el 18 de diciembre de 2008 a la Declaración de la Asamblea General de la ONU sobre orientación sexual e identidad de género.

La Habana, 24 de noviembre de 2010.
Mariela Castro Espín
Directora del CENESEX
Presidenta de la SOCUMES

Tomado del blog Negra cubana tenía que ser

MUJERES-CUBA: Reclamo lésbico a los servicios de salud

Por Dalia Acosta

LA HABANA, nov (IPS) - Lesbianas y mujeres bisexuales cubanas que promueven espacios de reflexión y diálogo, abiertos a todas aquellas personas que deseen aproximarse de manera "solidaria, respetuosa, amistosa y saludable", alertan sobre la necesidad de sensibilizar al personal médico hacia la diversidad sexual femenina.

"Queremos que nos traten como mujeres y que tengamos la tranquilidad y la entereza de decirle al médico lo que somos, explicarle si tenemos o no penetración, contarles nuestros miedos", explicó a IPS Argelia Felloue, facilitadora del grupo, iniciativa apoyada por el gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

El área ginecológica se encuentra en el foco de atención porque la sexualidad lésbica transita por caminos bien diferentes a la heterosexual.

"Hay mujeres lesbianas que no han sido penetradas nunca", abundó Nery Lázaro, actual coordinadora del colectivo Oremi y partidaria de transformar la relación médico-paciente ante procedimientos muy necesarios, imprescindibles para garantizar la salud de la mujer, como son las pruebas citológicas.

La psicóloga y especialita del Cenesex señaló que "una no busca su sexualidad, sino que la tiene". Ubicada en el punto de vista de una persona que jamás haya tenido penetración, imagina el momento de violencia en que "alguien te dice: acuéstate en la camilla que te voy a penetrar con el espéculo".

Varios talleres, convocados como "encuentros amigables" en sectores como la salud y la educación públicas, han abordado "el rechazo, la agresividad y la violencia" que sienten las mujeres lesbianas por la acción del personal de la salud o, por ejemplo, con la vulnerabilidad de las mujeres ante la homofobia de las autoridades penitenciarias.

El grupo Oremi, formado en 2004 en Ciudad de La Habana, fue la segunda experiencia de su tipo en el país. La primera nació a comienzos de la pasada década en la oriental provincia de Santiago de Cuba y fue desarrollándose hasta el actual colectivo Las Isabelas. Y, en 2008, apareció Fénix, en la ciudad sur-central de Cienfuegos.

"Cuando vamos a consulta, sobre todo de ginecología, si le decimos a la doctora o al médico que nos atiende que somos lesbianas, un poco que se trancan, tienden a dar un tratamiento diferenciado", lamentó Felloue.

Aquellas que construyen su sexualidad sin penetración rechazan la única prueba que previene el cáncer de cérvix y cuello del útero, que en Cuba se realiza masiva y gratuitamente una vez al año. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), 709.700 cubanas de más de 25 años fueron examinadas en 2008.

Sin embargo, el miedo al espéculo puede convertir a este sector poblacional en un grupo vulnerable ante la enfermedad. "Hay mujeres lesbianas que no se han hecho nunca la prueba citológica y han tenido cáncer cérvico uterino", alertó Lázaro, quien ha investigado desde la psicología el amplio espectro de la sexualidad lésbica.

Una mujer de 38 años, que reconoce su homosexualidad desde los 14, sólo accedió a la prueba a consecuencia de la epidemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida. En la década del 90, un amigo gay dio su nombre como contacto social y tuvo que examinarse, dijo a IPS.

Esta vecina de la provincia de Villa Clara recordó esa experiencia como "una mala impresión" y "un cuerpo extraño en mi interior". Ella, que solicitó reserva sobre su identidad, rechaza la penetración en su vida sexual: "a ninguna mujer le gusta la prueba citológica. No tiene nada que ver con el lesbianismo", opinó.

Otras particularidades de las mujeres que aman a mujeres es que solicitan un trato sensible del profesional médico. "Una de las problemáticas de más fuerza consiste en romper la hostilidad con los sectores políticos y de salud", insistió Diarenis Calderón, madre de una pequeña y quien vive junto a su pareja, Mirna Padrón, también miembro de Oremi.

Padrón abogó por "otras orientaciones en salud" sobre hábitos sexuales en lesbianas que pueden afectar su bienestar. Cuando usan juguetes u otros efectos para lograr una penetración no natural, urge "una atención médica que establezca los límites de esta práctica", según la activista.

La violencia en la asistencia médica está muy marcada por la lesbofobia, enfatizó. Lograr el respeto hacia las lesbianas, no solo en el sector de la salud sino en la sociedad en su conjunto, guía el trabajo emancipador y comunitario de las mujeres reunidas en Oremi, Fénix y Las Isabelas. Fuentes especializadas indican que en el caso de las lesbianas se observa una doble exclusión: por su condición femenina y orientación no heterosexual.

"Todas las instituciones tienen que hacer más trabajo con las mujeres: las lesbianas son anónimas, están muy discriminadas", apuntó Tania Tocoronte, fundadora del proyecto Fénix.
Esta iniciativa, acogida por el Palacio de la Salud en Cienfuegos, enfoca su acción a través de la gubernamental Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y ha llegado a la comunidad con acciones de sensibilización. La población lesbiana "está sufriendo un tipo de papiloma y no se ha buscado la solución", explicó Tocoronte.

Fuentes médicas ubican a varios de los tipos del virus del papiloma humano entre las principales causas de cáncer cérvico uterino. Dentro del Programa Nacional de Control del Cáncer, en 2008 se identificaron 1.350 féminas mayores de 25 años con algún tipo de carcinoma en esa zona, según la ONE.

Las alianzas entre Oremi, Fénix y Las Isabelas han originado proyectos de mayor alcance, sobre todo dirigidos a la aceptación social de las lesbianas. "La tolerancia es mirarnos desde arriba y la aceptación es mirarnos de frente: queremos la aceptación", concluyó Lázaro. (FIN/2010)

Tomado del servicio mundial de noticias de IPS- Inter Press Service

13 de noviembre de 2010

La conmoción nacional

Supuestamente, nadie podría sustraerse a la conmoción nacional de estos días. Digo supuestamente, porque siempre hay cada cual por ahí, que da grima. Bueno, regresando, vamos a un par de impresiones que me han dejado los famosos Lineamientos, impresiones con las cuales algunos coincidirán y otros no.

Para empezar, quiero creer que de veras las opiniones y el debate popular sobre estos lineamientos será provechoso, será tomado en cuenta, tendrá un resultado. Es que después de que el intercambio nacional del 2007, convocado por el mismísimo Raúl, fuera borrado de los medios, a uno le quedan dudas. Esperemos.

Algo que me molesta sumamente de muchos enfoques que salen por ahí, es la insistencia en el presunto acomodamiento a “vivir sin trabajar”, como si esa fuera la responsabilidad y aspiración del vago de Liborio. Y me revienta, que estos proclamados analistas le echan la culpa arriba al infeliz. Sea por oportunismo o por sincero interés de mover el debate, sea en un diario nacional o en un ensayo de Rufo Caballero. A ver cuál de estos sesudos tiene el corazón de decirle a uno de esos maestros veteranos, a un médico de los que cubren tres consultorios, a un obrero –manual o intelectual– de los que deben cumplir una norma de producción en cualquier puesto, que le gusta “cobrar sin hacer nada”… su miserable estipendio de 20 pesos convertibles mensuales. A ver cómo se explica que las plazas más solicitadas en Cuba sean las del Turismo, por más que los dueños extranjeros de los hoteles andan con el látigo en la mano. Hasta el punto que esas plazas se han vendido sistemáticamente, en sumas muy altas para una fuerza laboral a la que, según aquellos, le gusta “vivir sin trabajar”. Si fuera cierto que a Liborio padece de tal vicio, cómo es posible que nunca falten candidatos resueltos para decenas de miles de trabajos enfrentando las encomiendas más duras en las misiones en el extranjero, en los lugares más bizarros del mundo; cómo es posible que no se agote nunca la lista de espera de los que aspiran a emigrar a las sociedades de consumo donde, es sabido, hay que doblar el lomo y bien doblado –sin quitar que un porciento de esos candidatos a emigrar piensen en vivir el vacilón, pero no es lo más representativo. Creo que para alguien que ande sin malas intenciones, resulta fácil descubrir que el cubano sí anhela sudar… pero ver el resultado.

Y sí, es lógico tener pánico frente al peligro de ser “racionalizado”. Porque por mísero que fuera, ese sueldito era una garantía mínima, un dogma cimentado en decenios de solemnes juramentos y promesas de que nunca sería amenazado, de que nunca se aplicaría la receta del despido, de que el país no iba a abandonar a nadie así. Ese sueldito daba holgadamente para sacar los mandados de la bodega. En ese puesto también, con frecuencia, se tenía un almuercito que permitía estirar la susodicha cuota. En ese puesto se producía mucho, poco o nada, sobre todo en dependencia de la motivación que hubiera y las posibilidades que se concretaran respecto a tareas bajadas de los niveles superiores con el aseguramiento que apareciera y las coordinaciones que tampoco dependían del trabajador. Quienes organizaban el Frankenstein eran otros, lejanos, abstractos, intocables. Y la culpa de lo que no funcione, de los de abajo.

Preferible me resulta el enfoque de otro periodista de Bohemia, que reflexiona sobre los enfoques anteriores que no dieron resultado, los llamados a la conciencia, sistemas de estimulación parciales, el endurecimiento de la legislación… sólo le faltó preguntarse por el perfeccionamiento empresarial, y qué causas lo frenaron. Bueno, ante el fracaso de todo ello, lo único que quedaba en la situación de crisis era esto.

¿O no? ¿Qué tal socializar lo estatal?

Aunque tengo cierta certeza de que no voy a sobrar en mi centro, no dejo de estar alarmado por las consecuencias del desempleo que se va a disparar. Ya sé que el empleo anterior era artificial, insostenible, precario, pero era lo que separaba a muchas personas de una vida basada en la delincuencia abierta. Más aún si se extingue la libreta de abastecimiento. Nunca fui amigo de esta, pero la necesito para la leche y las compotas de Rogelito, la necesitamos en casa todos para una base segura que solo tenemos que complementar con el mercado libre, en sí caro y errático.

Y sobre aquella decisión de cerrar cuanta empresa siga siendo irrentable aún después de los despidos… qué duro, eh. Recuerdo, no obstante, la iniciativa de los movimientos obreros en lugares como Argentina. Los dueños de la empresa los despedían a todos y cerraban la empresa bajo el mismo argumento. Los trabajadores allá han roto más de un candado y echado a andar las maquinarias, de manera autogestionada, cooperativa… formando unidades de trabajo rentables –y defendiéndose de los intentos de desalojo. Qué tal si les damos la misma oportunidad a los trabajadores por acá, sin tener que llegar a los extremos. Después de todo, queremos seguir siendo socialistas.

Y para decir una última cosa, esta sobre la descentralización de ingresos e inversiones a las unidades territoriales. Me parece bien, excelente, siempre y cuando no se extienda el robo y la corrupción con la disponibilidad de presupuesto. Hay pocas formas de evitar eso, las mejores o más bien las únicas siempre son, transparencia plena de la gestión, elegibilidad libre y periódica, y renovabilidad de cargos públicos. Lo decía Lenin, clarito clarito.

10 de noviembre de 2010

Debate cubano sobre democracia en Cuba

Entre agosto de 2008 y noviembre de 2010, el escritor catolico Veiga y el escritor marxista Guanche, ambos cubanos, sostuvieron una polémica de las que te dejan sin saber qué bando escoges.


La Rosa Blindada reunió los cuatro textos, y me hago eco porque recomiendo la lectura cuidadosa de ambas líneas argumentales. Los enlaces aque siguen remiten a las diversas publicaciones que sirvieron de tribuna:  
1) “En torno a la democracia en Cuba”, de Roberto Veiga, en Espacio Laical, Año IV - No.15 ; Julio-Septiembre 2008, formato PDF.
2) “Es rentable ser libre. Cuba: el socialismo y la democracia”, de Julio César Guanche, en La Haine.org, formato PDF.
3) “Hacia una democracia de los consensos. Apuntes para un diálogo con Julio César Guanche”, de Roberto Veiga, en Espacio Laical, Año VI - No.22 ; Abril-Junio 2010, formato PDF.
4) “Por un consenso sobre la democracia”, de Julio César Guanche, en Sin permiso, 7 de noviembre de 2010.

9 de noviembre de 2010

Estados Unidos: ¿Por qué predominan las mujeres en el derechista Tea Party?

Para bien o para mal, la historia de Estados Unidos demuestra que las cristianas han conseguido mover montañas. Dos ejemplos de ello son la abolición de la esclavitud y la ley seca.

Por Ruth Rosen (Historiadora y periodista. Es profesora de política pública en la Universidad de Califonia, Berkeley. Además, es investigadora titular en el Instituto Longview.)

Traducción de Atenea Acevedo para Tlaxcala y Rebelión

¿Por qué las estadounidenses se han vuelto tan activas en el derechista Tea Party? ¿Quizás porque se sienten atraídas al nuevo feminismo cristiano conservador que publicita Sarah Palin? Sin el apoyo de base de estas mujeres, el Tea Party resultaría mucho menos seductor a votantes aterrados por la inseguridad económica, las amenazas a la pureza moral y la gradual desaparición de una cultura nacional blanca y cristiana.

La mayor parte de la población estadounidense no se ha formado una opinión concreta acerca del derechista Tea Party y su crecimiento descontrolado, un partido que surgió paulatinamente en 2009 y cuyo nombre llegó a ser muy conocido después de los mítines que organizó a escala nacional el 15 de abril de 2010 para manifestarse en contra del pago de impuestos. Como recordará quien esto lee, la referencia es obvia e importante: la imagen de arrojar el té por la borda como expresión de ira en tiempos de la colonia ante la política británica conocida como “impuestos sin representación”.

Muchos liberales e izquierdistas desestimaron al Tea Party por considerarlo una reacción temporal y visceral a la recesión, el incremento del desempleo, la ejecución de hipotecas, las empresas declaradas en quiebra y un presidente negro que había salvado al capitalismo estadounidense con la ampliación de los subsidios gubernamentales a los sectores financiero, inmobiliario y automotriz. Tal vez sí se trate de una erupción política fugaz, pero tal como lo señala E.J. Dionne, columnista del Washington Post, este movimiento también amenaza la difícilmente lograda unidad de los republicanos. Según Dionne, “El auge del movimiento del Tea Party marca la vuelta a una vieja modalidad de libertarismo según la cual la mayoría de las políticas internas del gobierno desde el New Deal son inconstitucionales. Tradicionalmente, percibe que la amenaza más peligrosa a la libertad es el diseño de elitistas cultos que han perdido el contacto con los “valores estadounidenses”.

En todo caso, ¿quiénes son estas iracundas personas que expresan tanto resentimiento hacia el gobierno y no contra las corporaciones? Ya que las encuestas nacionales se contradicen flagrantemente, mi conclusión es que el Tea Party ha movilizado a gente de todas las clases sociales.

No obstante, hay una excepción importante que vale la pena destacar: la raza. En los mítines del Tea Party no vemos rostros de color. Otra cuestión relevante es que el expansivo movimiento atrae tanto a hombres como a mujeres por múltiples razones, algunas coincidentes, otras posiblemente distintas. Hombres y mujeres parecen identificarse con una “ideología” incoherente que exhorta a liberarse del gobierno, no pagar impuestos y a abrazar el incipiente deseo de “recuperar Estados Unidos”, es decir, restaurar la nación hasta algún momento de la historia en que el país era blanco y “seguro”.

Los hombres que encuentran atractivo el movimiento parecen pertenecer a una amplia gama de grupos marginales de derecha, como las milicias, los supremacistas blancos, “ejércitos” pro armas y pro confederación. Algunos de estos grupos defienden la violencia o prometen solemnemente derrocar al gobierno, y han empezado a recurrir a Facebook, Twitter y YouTube para difundir su odio en redes y medios sociales.

Las mujeres también desempeñan un papel decisivo en el Tea Party; según el más reciente sondeo Quinnipiac, 55% de sus militantes son mujeres. En un artículo publicado en la revista Slate, Hanna Rosin señala que “de las ocho personas que constituyen el Consejo de Patriotas del Tea Party a cargo de la coordinación nacional del movimiento, seis son mujeres. 15 de las 25 coordinaciones estatales están en manos de mujeres”.

¿Por qué, me pregunto, este movimiento caótico atrae a tantas mujeres? Hay muchas posibles razones. Algunas de las mujeres en estos grupos sin duda aman a hombres que aman portar armas y odian al gobierno y pagar impuestos. La profesora Kathleen Blee, autora de numerosos ensayos sobre las mujeres de derecha, señala que, en general, probablemente haya más mujeres religiosas de derecha que hombres religiosos de derecha, que los mítines del Tea Party pueden atraer a más mujeres que no tienen un empleo remunerado y disponen de tiempo para asistir a ellos, y que el Tea Party enfatiza la vulnerabilidad de las familias a toda clase de peligros del exterior.

Muchos de los hombres y muchas de las mujeres que apoyan al Tea Party también pertencen al movimiento Identidad Cristiana, un grupo cristiano de derecha que promueve ideas fundamentalistas sobre el aborto y la homosexualidad. Sin embargo, al Tea Party llegan mujeres con perfiles distintos y sorprendentes, como la Asociación de Padres y Maestros o grupos organizados específicamente para la elección de mujeres a cargos políticos. Como recientemente lo comentó Slate, “Gran parte del liderazgo y la energía de base viene de las mujeres. Uno de los tres principales patrocinadores del Tax Day Tea Party que marcó el lanzamiento del movimiento es el grupo Smart Girl Politics, sitio web que nació como el blog de una madre y se convirtió en una campaña de movilización, dedicada a formar a futuras activistas y candidatas. A pesar de su explosivo crecimiento en el transcurso del último año, sigue funcionando como cooperativa feminista (tres madres que no trabajan fuera de casa se turnan para criar a sus bebés y responder correos electrónicos y llamadas telefónicas)”.

Algunas de estas mujeres religiosas también albergan aspiraciones políticas y esperan que el Tea Party las ayude a consolidar puestos de liderazgo negados por el Partido Repúblicano a fin de contender por puestos definidos por votación. Para contrarrestar la Emily’s List, colectivo que ha apoyado la participación de mujeres liberales como candidatas en procesos electorales, las conservadoras de derecha formaron la Susan B. Anthony List, grupo que ha apoyado y consolidado los esfuerzos de mujeres de derecha en cargos públicos de elección. A fin de desafiar el impacto de las feministas liberales, el muy religioso grupo Concerned Women for America apoya las iniciativas de mujeres en pos del liderazgo dentro del Tea Party. El Women’s Independent Forum, espacio más secular que reúne a mujeres de derecha, busca promover los valores tradicionales, el libre mercado, la astringencia del gobierno, la igualdad de las mujeres y su capacidad de contender por cargos públicos definidos mediante votación.

Algunas de estas mujeres han acaparado la atención nacional porque dicen haber adoptado un “feminismo conservador” religioso. Entre ellas hay cristianas evangélicas y, según un reciente artículo de portada en Newsweek, ven a Sarah Palin (que contendió por la vicepresidencia en 2009, tiene cinco hijos y un esposo que la apoya, se presenta como feminista y abandonó la gubernatura de Alaska para convertirse en una celebridad millonaria) como la líder, si no es que la profeta, del Tea Party.

Así, Palin está movilizando a las mujeres religiosas de derecha a lo largo y ancho del país. Les gusta que se maquille y siga pareciendo una reina de belleza sin dejar de ser audaz y decidida. No parece importarles que use el título de soltera en inglés (Ms.), en lugar de llamarse “señora” (Mrs.). Tampoco les molestó que atribuyera las oportunidades que disfrutó como atleta a la ‘Title IX’ (ley aprobada en 1972 para hacer valer la equidad de género en la educación y los deportes). En una entrevista con Charles Gibson para ABC News declaró: “Tengo la suerte de haber sido criada en una familia donde no había diferencias de género. Además, soy producto de la ley ‘Title IX’ que representó la introducción de la igualdad en las escuelas, una igualdad que se reflejaba en las prácticas deportivas y en las oportunidades de acceder a la educación. Así fue toda mi vida. Soy parte de esa generación en la que el tema resulta irrelevante, porque ha sido superado. Claro que puedes ser vicepresidenta y atender a tu familia”.

Palin pertenece a un grupo denominado Feminists for Life (Feministas a favor de la vida), cuyo lema es “Niégate a elegir”. Cuando se presentó como feminista al inicio de su campaña por la vicepresidencia, explicó su adhesión a este colectivo liderado por Serrin Foster, quien se ha labrado una exitosa carrera en el mundo de las conferencias tratando de convencer a las jóvenes de que es posible ser feminista al elegir no practicarse un aborto. Hace varios años entrevisté a Foster. En aquella ocasión le pregunté cómo esperaba que las mujeres pobres o adolescentes se hicieran cargo de bebés no deseados. Ya que está en contra de los impuestos y de los subsidios gubernamentales destinados a los servicios sociales, evadió la pregunta. Dijo que las mujeres no tenían por qué enfrentar solas la situación, que otras personas debían ayudarlas. Al final, la única respuesta concreta que planteó fue la adopción, recurso en el que ella veía la mejor solución para las jóvenes.

Recientemente, Palin volvió a autoproclamarse “feminista” y desató un acalorado debate en torno a qué constituye el feminismo en Estados Unidos. Ella se refiere a las mujeres conservadoras y religiosas como “Mama Grizzlies” (Mamás Osa, en referencia a la protectora osa del cuento infantil Ricitos de oro) y las exhorta a “levantarse” y hacer suya la causa del feminismo. Palin alienta a sus seguidoras a lanzar un “nuevo movimiento feminista conservador” que únicamente dé apoyo a candidatos políticos con una postura de inflexible oposición al aborto.

Las reacciones a los esfuerzos de Palin por atraer a las mujeres al Tea Party son muy variadas. Según Jessica Valenti en una nota para el Washington Post, su “perorata sororal [...] no es sino parte de una ambiciosa apuesta conservadora por conquistar los corazones y las mentes de las mujeres apropiándose del lenguaje feminista”.

En un artículo para la conservadora publicación National Review, Kathryn Jean Lopez responde: “Palin no está cooptando al feminismo; está reivindicando un movimiento iniciado por Susan B. Anthony y otras mujeres que lucharon por el derecho al voto y, además, abrazaban incondicionalmente la postura provida”. Esta afirmación es veraz, las sufragistas del siglo XIX querían proteger la maternidad como condición social y estaban en contra del aborto. “La etiqueta feminista no tiene por qué tender tanto a la polarización”, señala Meghan Daum en Los Angeles Times, y añade: “En resumidas cuentas, el feminismo solo significa ver a hombres y a mujeres como iguales, y no ver el propio género como obstáculo para el éxito ni como pretexto para el fracaso. Así que si Sarah Palin tiene las agallas de decirse feminista, eso le otorga el derecho de ser aceptada como tal”.

Tremenda ironía. Las jóvenes estadounidenses laicas han rechazado definirse como feministas desde 1980, año en que el contragolpe conservador empezó a atacar al movimiento de las mujeres, porque la derecha religiosa se empeñó en crear una imagen nada atractiva de las feministas y las pintó como lesbianas peludas y androfóbicas que peroraban sobre igualdad, pero su verdadera misión era matar bebés. Hoy, Palin obliga a las feministas liberales a debatir si estas feministas cristianas diluyen al feminismo o lo legitiman al posibilitar la autoproclamación “feminista”.

Cuando leo los textos de mujeres en sitios web de cristianas siento el eco de las reformistas de fines del siglo XIX que trataban de proteger a la familia de los “peligros del mundo”. Frances Willard, líder de la Women’s Christian Temperance Union (Unión de Cristianas por la Abstinencia), exhortó a millones de mujeres a asumir una vida pública a fin de proteger a sus familias, atender las decadentes consecuencias y desgracias del capitalismo, obtener el derecho a voto y luchar por la ley seca, todo en nombre de la protección de la pureza de sus hogares y familias.

Las motivaciones son parecidas en el caso de muchas cristianas evangélicas contemporáneas que desean ocupar espacios públicos o incluso contender en las elecciones para penalizar el aborto, proteger su concepto de matrimonio, reprimir las relaciones sexuales, oponerse al matrimonio homosexual y poner remedio al desenfreno que dejó la revolución sexual. Todo ello forma parte de una añeja e inconfundible tradición reformista femenina en la historia de nuestro país.

En los mítines del Tea Party es común ver mujeres con pancartas en las que se lee “Recuperemos a los Estados Unidos”. Quién sabe exactamente qué significa esa frase; sin embargo y por lo menos, significa recuperar al país de manos un gobierno en expansión, de los impuestos y, simbólicamente, de la cambiante complexión racial de la sociedad estadounidense.

Dentro de unas cuantas décadas la población no blanca será mayoría entre la ciudadanía estadounidense. Muchos cristianos evangélicos blancos se sienten sitiados y las mujeres, por su parte, sienten que deben proteger públicamente a sus familias de cambios tan vertiginosos y posiblemente dañinos. Sienten que burócratas, inmigrantes o minorías anónimas a las que identifican como “los otros” han tomado la sociedad y amenazan su pureza moral. Lo que no les despierta miedo es que las corporaciones hayan tomado al gobierno estadounidense y distorsionado sus instituciones democráticas.

Adele Stan, autora de AlterNet con 15 años de experiencia como investigadora a fondo de la extrema derecha, ha advertido que más vale tomarnos en serio a quienes conforman el Tea Party, pues no hacerlo constituye un riesgo. El Tea Party apela al miedo y el resentimiento, pero difícilmente representa a una solitaria minoría. Un reciente sondeo Gallup en USA Today revela que 37% de los estadounidenses “aprueba” al Tea Party. No es un movimiento que deberíamos de ignorar. La historia nos recuerda que el discurso del miedo y el resentimiento puede transformarse rápidamente en una fuerza política peligrosa y poderosa.

Pero el Tea Party no solo es un movimiento de bases. Detrás de las mujeres que todavía tienen un pie en la cocina hay dinero, mucho dinero. En un artículo para la publicación New York Review of Books, Michael Tomasky recordaba a sus lectores que “El dinero es el lubricante por antonomasia de la política y la potencial inyección de dinero para iniciativas como el Tea Party y otras aportaciones es prácticamente ilimitada”.

Tomasky subraya, además, el hecho de que el meollo del Tea Party no radica en las victorias electorales inmediatas, sino en un proyecto de largo aliento cuyo objetivo es resucitar el poder para proteger el mercado libre y la desregulación económica, y propiciar que la derecha religiosa obtenga poder político.

Puede ser que los hombres y las mujeres no se sumen al Tea Party por las mismas razones, pero sin sus partidarias de base el movimiento resultaría mucho menos seductor a votantes aterrados por la inseguridad económica, las amenazas a la pureza moral y la gradual desaparición de una cultura nacional blanca y cristiana.

Para bien o para mal, la historia de Estados Unidos demuestra que las cristianas han conseguido mover montañas. Dos ejemplos de ello son la abolición de la esclavitud y la ley seca. Ahora estas mujeres han contribuido a organizar al Tea Party y su nuevo feminismo conservador bien podría afectar la cultura política estadounidense de manera insospechada. Quizás adquieran una renovada seguridad en sí mismas e influencia política si se alejan del Partido Republicano. O, como han hecho en otros momentos de la historia, tal vez desaparezcan del espacio público para volver a sus hogares e iglesias, y pasen a ser una nota a pie de página en los anales de la política del país. Por ahora es prematuro pronosticar el destino del Tea Party, ya no digamos el de sus miembras.

Tomado de Kaos en la Red, "Mujeres y Género", 7-11-2010. URL: www.kaosenlared.net/noticia/estados-unidos-predominan-mujeres-derechista-tea-party

17 de octubre de 2010

Son de la loma, a estudiar al llano

Acabo de ver, en un periódico de hace unos días –Granma, 12 de octubre– una nota con un detalle que me molestó, referida a una reunión de alto nivel en la provincia de Villa Clara. Resulta que, como parte del proceso de racionalización general de la sociedad y específicamente del sector de la Educación, van a eliminar muchas escuelitas de esas que atienden unos pocos niños en medio de las montañas.

Imagen tomada de “Un delfín en la montaña” en El blog de Vladia

Hasta hace pocos años nuestra prensa estaba orgullosa de esos centros, y publicaba crónicas emotivas al respecto ("Un delfín en la montaña"). Con ellos era posible que los padres no tuvieran que atravesar con la descendencia unos cuantos kilómetros de difícil terreno, hasta el núcleo poblado más cercano, para que el chico o chica recibiera el pan de la enseñanza. Estas escuelitas estaban presentes en medio de esos paisajes recónditos en cuyas cercanías hubiera 7, 3 y hasta un solo infante al que atender. Pues ahora parece que la economía nuestra ya no da para mantener esta conquista de la Revolución.

Qué lástima. Tampoco eran lo que se dice un centro super-gastador. Tenían un maestro, que tal vez ganaba 400 pesos cubanos al mes –más los regalos de alimentos y otras consideraciones que tuvieran los campesinos de la zona– que iba a pie o a lomo de burro a cumplir su sagrada misión. Últimamente las habían dotado con un televisor, un panel solar ("Contar con la luz del sol"); los vecinos se aprovechaban también de esta instalación, si no había otra por los parajes cercanos. En otros reportes periodísticos recientes, que no recuerdo con tanta precisión, han remarcado que el MINED tenía más personal en oficinas, funcionarios, metodólogos y un largo etcétera, que maestros. Un funcionario de estos tal vez gane 500 o 600 pesos, tal vez implique una secretaria, un vehículo estatal con asignación de combustible, una oficina con varios equipos eléctricos. Este funcionario tal vez va una vez al mes, o en las fechas patrias (en jeep) a una de esas escuelitas, pronuncia un solemne discurso… Nadie duda que haya que racionalizar gastos, pero no todos están claros de que la cadena siempre se parte por el eslabón más débil, y algunos cometen la ingenuidad de creer que la burocracia se va a racionalizar a sí misma.

Y liquidar esa escuelita en el paraje remoto va a tener las consecuencias que cualquiera puede prever. Va a aumentar el ausentismo de los estudiantes que tendrán que recorrer cinco, diez o más kilómetros de monte hasta el poblado más cercano, por caminos en pésimo estado y sin más medios de transporte que sus pies o animales de monta, en los mejores casos. Cuando haya mal tiempo, esto será prohibitivo. El aprovechamiento escolar de estudiantes cansados será menor. No será nada fácil que, al regresar cansados a su casa, ayuden en las labores del hogar. Aumentará la deserción. Frente a todas estas sombras, los decisores aplican el TINA (There Is No Alternative = No hay otra alternativa). Y no vale la pena molestarse, si total, antes de que triunfara la Revolución hace 50 años tampoco había escuelitas en las lomas.

En el universo paralelo al que me referí alguna vez antes, tal vez sí habría alternativa: Si racionalizaran a Pepín del nivel central, tal vez en la base se podría quedar trabajando Pillo. Allá donde los presupuestos fueran transparentes, de verdad comprobaríamos si era obligatorio o no dejar sin una escuela cercana a su hogar en la montaña a Juanita, a Yunisey, a Marquitos. Y en el caso extremísimo (valga el neologismo) de que ni racionalizando a Pepín diera la cuenta, tal vez valdría la pena retomar ciertas ideas que expresó hace un tiempo esa persona cuyas consideraciones son las que mejor se pueden enarbolar por acá para reforzar una posición. En sus conversaciones con Frei Betto, recogidas en el volumen Fidel y la religión (Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1985), se recogieron estas variantes que sin duda son mejores que cerrar la escuelita, que sin dudas son mejores que seguir renunciando a las conquistas de la Revolución:
... tal vez existirían esas escuelas (las privadas). (…) no promuevo que necesariamente tengan que nacionalizarse las escuelas privadas si no hay conflicto contra la Revolución (...). En condiciones realmente de relaciones armoniosas dentro de la sociedad, tú pudieras decir, desde el punto de vista económico: si yo tengo 300 millones de pesos para educación, voy a dedicar 200 millones a los sectores que no pueden pagar la escuela y me ahorro 100 millones (...); no sería necesario dedicarlos a los sectores que puedan pagar la escuela. Porque, aun hoy, hay familias en Cuba que podrían pagar la escuela privada. (...)

Incluso hasta el Estado socialista podría tener escuelas pagadas, si lo considera conveniente, con tal de que no falten ni sean peores las escuelas para los demás niños. Si hubieran escuelas privadas (...) se pudiera considerar que están prestando un servicio a la educación del país y que están ayudando a costear los gastos de la educación. (...) los países por desarrollar que no tienen mucho dinero y que tienen otras necesidades, pueden decir: estos 100 millones los voy a dedicar a otros fines.

De manera que lejos de ver dogmáticamente como una necesidad la nacionalización de la escuela privada, puedo verla, incluso, como un aporte de ciertos sectores a la economía del país y como una ayuda (...).

10 de octubre de 2010

Esta gran reforma laboral que está un poco loca

Todavía quedan muchas cosas de esta gran reforma laboral que están un poco locas.

Para empezar, nadie se vuelve plomero, electricista, albañil o sembrador de boniato en un mes. Además, hay una lista de los impuestos por ahí, con contribuciones a la seguridad social, sobre ingresos, etc., que también impresiona. O sea, los impuestos son necesarios, pero habrá oficios en los que el gravamen total anda como por el 60% de los ingresos. Parece un poco fuerte.

Esto de los impuestos se supone que cubra la jubilación de la persona, o sea, el trabajador por cuenta propia (tcp) tendrá su retiro cubierto por el estado, al parecer. También parece que cubrirá la jubilación de los empleados por otros tcp´s. ¿Tendrá que esperar el tcp, para jubilarse por cuenta propia, a los mismos 65 años de edad (60, las mujeres) que debe esperar si trabaja para el estado? La jubilación se calcula sobre un porciento de los ingresos del trabajador. Si ese porciento, en el caso de un tcp muy exitoso, equivale a algunos miles de pesos CUP, o incluso CUC (la jubilación promedio en Cuba no llega a 200 CUP), ¿el estado lo cubrirá?

Por cierto, los aportes a la seguridad social que ha hecho un trabajador que ha laborado por 20 años o más, y ahora racionalicen, ¿a dónde van a parar?

En esto de la racionalización de la plantilla, parece inevitable que más de un administrador lo va a coger como oportunidad dorada para deshacerse de personas a las que no desea, aplicándoles la espada del “no idóneo”. Y, a su vez, traer a sus cúmbilas. Habrán conflictos, algunos señalan con preocupación plausible, incluso de índole racial y machista. Y todavía, dentro de los centros de trabajo estatales, hay organizaciones del Partido, órganos de justicia, a los que se puede apelar con probabilidades de algún tipo, pero, ¿y el TCP que contrate a otros? ¿Quién le exigirá que no deje fuera a un negro, a una persona de edad mayor, a una mujer, a un joven, o que le quiera pagar menos a estas personas para explotarlas más? En esto de que un TCP pueda contratar a otros hay cantidad de cosas obscuras. Si no es pequeño capitalismo, se le parece mucho. Por ejemplo, ¿legalizarán el caso de los dueños de varios bicitaxis, que se los tienen alquilados a otras personas a cambio de una cantidad fija diaria? Una paladar, ¿no es una pyme? ¿Y si se extiende una cadena de cualquiera de estos tipos de negocios? Cuando el dueño de una de estas licencias decida que le sobra personal ¿quién protegerá a éstos de despidos arbitrarios, desestabilizantes quizá del ingreso familiar? Por todas estas cosas es que uno prefiere una cooperativa, una institución mucho más socialista.

Siguiendo con esto, la tcp que trabaje contratada para otro tcp, que entre en el espinoso asunto de tener un hijo, ¿quién asume la protección social de la maternidad? ¿estará protegida su plaza con el tcp, de la misma manera que está protegida si trabaja con el estado, para cuando vuelva a estar en condiciones de trabajar? ¿no tendrá complicaciones para solicitar una plaza en los círculos infantiles? (para ingresar un niño hoy en un círculo, hace falta una serie de papeles que se gestionan en el centro de trabajo).

Ahora la parte donde dirán que la tengo cogida con el deporte. Pero me parece poco sensato que si eliminamos plazas en el sector donde se supone se producen mercancías o servicios –incluyendo algunos hasta hoy sagrados como la salud–, se siga subvencionando los centros de alto rendimiento de hockey, patinaje, ciclismo, remo y cualesquiera otros deportes de escaso arraigo, con grandísimas erogaciones en mantenimiento de instalaciones, pago de entrenadores, personal de servicio, las mensualidades a los deportistas de esas modalidades (por el concepto que se desee etiquetar) más los carísimos implementos deportivos modernos y los viajes a competencias foráneas.

En fin, que queda mucha tela por dónde cortar.

30 de septiembre de 2010

En un universo paralelo

Vamos a imaginarnos lo que podría haber ocurrido en un universo paralelo. En ese lugar transdimensional, la central sindical de cierto país estaría compuesta por personas similares a la de nuestro país, donde es de suponer que sean medianamente inteligentes. Desde hace una treintena de años, el problema de la inflación de plantillas en los centros de trabajo –todos estatales– podía ser, y era, detectado por especialistas, aunque nunca se les hizo (aquí) mucho caso. Tal vez allá tampoco habría necesidad de tomar medidas al respecto, dado que se recibían masivos subsidios de allende Moscú.

Hace unos veinte años, la cosa cambia, el muro se cae, los subsidios también. Momento difícil para hacer despidos masivos. Pero los investigadores de la situación económica y social siguen conscientes del problema, y es de suponer que sus resultados no están escondidos de la dirigencia sindical. Como que es hora de ir haciendo un plan.

Pasan otros diez años. Unos convenios muy ventajosos con Venezuela aseguran suministros vitales, pagados con el mejor recurso que puede ofrecer La Habana, servicios médicos en cantidad y calidad. Pero el abultamiento de personas en empleos poco o nada productivos, con remuneración del Estado –por mala que sea– continúa. De hecho, el discurso oficial se enorgullece y proclama públicamente que, a diferencia de los malvados países capitalistas, aquí “no se tira nadie a la calle”.

Fíjense cómo pasa el tiempo. La central sindical podía ver esto también. De hecho, cobra una cuota a sus afiliados, para mantener unas operaciones donde debe incluirse velar por los intereses de estos. Entonces, ¿qué tal ir tomando medidas? Por ejemplo, dando cursos de re-calificación. Negociar con el Estado la ampliación y diversificación de las actividades económicas realizables por las empresas donde más afecta el problema, cosa que los que diez años después “sobran”, fueran encontrando mejor empleo para sus manos y/o intelectos. Cambiar los planes de estudio en la educación media y universitaria, tal que se graduaran menos de los presuntos excluibles y más de los que todavía faltan. No quedarse, en fin, con las manos cruzadas y la vista en el cielo, esperando que la bomba no explote algún día. Pensar en posibilidades para ir resolviendo, gradualmente, el problema principal de sus afiliados: encontrar una manera socialmente provechosa de ganar un sustento decoroso, sin convertirse en cargas (desde hace mucho) desorbitantes y (hoy) intolerables para el presupuesto estatal.

Eso, tal vez, lo hicieron en aquel universo paralelo.

12 de septiembre de 2010

Obama reloaded

Hará un año, un colega y yo expusimos visiones más o menos antagónicas acerca del presidente entonces recién electo de los EEUU. En estos días he sentido que debo actualizar un poco lo que tengo online como referencia de mis opiniones.

Tengo que decir que, en general, me ha cuadrado la trayectoria del Obama. Espero que esto no le haga perder popularidad (“miren, el cubano ese hablando bien del presidente demócrata, otra demostración de que es antiamericano”).

No se podía pretender que hiciera una revolución, que no estaba ahí para eso. Por lo tanto, la prensa oficial cubana lo despelleja. Pero dejen que pase un tiempo después de su término o términos presidenciales y vengan otros presidentes más belicistas; a este le van a entonar loas como ahora hacen con Carter, al que en su momento también flagelaron.

Está fajado con una crisis económica de la que tal vez está saliendo poquito a poco, pero lo espinoso que ha resultado le cuesta tremenda erosión. Intentó llamar a los culpables por su nombre, los banqueros de Wall Street, pero como estos son los tipos del verdadero Power, se tuvo que callar y soportar las penas.

El hombre hizo una reforma histórica al sistema de salud estadounidense. Flojita y todo, nadie había podido llegar tan lejos antes que él. Ganó –o, al menos, avanzó muchísimo– en un enfrentamiento épico contra el lobby farmacéutico, uno de los más poderosos, codiciosos e inescrupulosos de Washington, que le hizo la guerra más sucia. Unos cuantos millones de personas van a tener su vida y salud mejor protegidos gracias a la reforma.

Cuando alguien hace algo así por la vida, da la impresión de que no va a dedicarse a esparcir la muerte a la ligera. De Iraq se ha escurrido de manera más o menos plausible, aunque Afganistán no tiene solución, y esas guerras no eran de él. A Irán le ha amenazado mucho y echado mucha guapería, pero hasta ahora no hay formación de coalición como contra Bagdad. Guantánamo sigue pendiente. Ha reconocido que allí y en otros lugares, las fuerzas USA torturaron, y que estuvo mal; compárese esa actitud con la de los Cheney y cía. Pedirle que castigue a los culpables es legítimo, pero poco objetivo.

Lo que me terminó de decidir a escribir esto, es que el hombre ha defendido el derecho de ese famoso centro cultural islámico cerca de la zona cero de Nueva York. A ver qué otro político, si no un Martin Luther King, tomó una actitud tan valiente y representativa de los ideales de fraternidad de todos los connacionales que le otorgan a ese gran país sus mejores maravillas, sean cristianos, católicos, musulmanes, budistas, animistas, ateos, blancos, negros, latinos, asiáticos, nativos norteamericanos. Esto le costó su cuota de popularidad, por cierto, lo que habla muy tristemente del nivel de conciencia entre los sectores conservadores de ese país. Los más estúpidos fundamentalistas del odio reaccionan quemando Coranes, a lo que también se opuso Obama, apuntando con justeza que es poner en riesgo la vida de más soldaditos americanos de los que andan por el mundo. Andan indebidamente, pero humanamente deseamos que regresen a sus casas enteritos, y no en cajitas.

En fin, que Obama se ha desmarcado bastante de lo peor de ese gran país que tenemos en nuestro continente americano, y se ha acercado a lo bueno, todo lo que se podía pedir. Por eso le dirigen los calificativos de musulmán, de socialista, insultos según el pensamiento de los cavernícolas reaccionarios.

Y finalmente, los familiares cubano-americanos ya vienen y mandan remesas a Cuba libremente. Autorizó a firmas de Internet tirar un cable hacia acá, aunque aquí prefieran el de Venezuela; facilitó el tema de las compras cubanas de alimentos allá y se dice que está por aprobar más intercambios culturales y académicos. Claro que todo esto es carril 2, y que al mantener otros aspectos del bloqueo muestra que su fin sigue siendo tumbar el gobierno cubano, aunque por otras vías. En todo caso, un alivio para muchos por acá, y se supone que en ese terreno del intercambio no ganen los malos sino los buenos.

Por todo eso me cuadra, y por eso escribí.

5 de septiembre de 2010

Se formó el wiki – waka

Como se sabe, desde hace poco se viene produciendo la la divulgación, por parte de Wiki-leaks, de explosivos materiales fílmicos y documentales sobre la guerra de los USA en Afganistán. Para una parte de los que usaban la técnica del avestruz –la otra parte no tiene remedio– la revelación súbita e inocultable de la barbarie guerrerista yanqui ha supuesto un gran impacto.

Como la mayoría de los lectores de blogs e Internet ya sabe a qué me refiero, no voy a hacer más hincapié en lo que se sabe. Yo quería comentar una cosilla colateral. En nuestro patio, los medios de prensa se han hecho eco, naturalmente, del escándalo, y proclaman que Wikileaks revela una vez más la maldad del imperio. Estamos de acuerdo, naturalmente.

De ahí y tomando en cuenta las especiales condiciones de conexión de nuestro país, se me ocurrió una idea que he puesto como propuesta en los sitios de Cubadebate, y en el periódico Juventud rebelde, como espacios que admiten comentarios de lectores desde conexiones nacionales como Infomed. Y la propuesta, que exhortaría a los periodistas de estos y otros medios a recoger –y a intelectuales, y a otros interesados–, consiste en colocar a Wiki-leaks en la lista de los sitios accesibles desde estas conexiones locales tipo Infomed, la red del ministerio de educación, de cultura, etc. Como se sabe, estas redes permiten el acceso a todos los sitios nacionales cubanos y también a algunos sitios extranjeros, seleccionados de acuerdo a un criterio de utilidad y seguridad.

Precisamente, ¿qué más útil puede haber que un sitio como este de Wikileaks, que demuestra tan fehacientemente la maldad del imperialismo? De esta manera las personas podrían comprobarlo por sí mismos, sin esperar a encontrárselo en un periódico de insuficiente tirada, o necesidad de dejar de hacer lo que estén haciendo al anochecer para ver la explicación de Randy en la Mesa Redonda que además compite contra la programación infantil. Todos tendrían acceso desde su puesto de trabajo a los documentos, de primera mano. Digo yo, qué mejor trabajo político-ideológico, nada de teques, muela, nada de eso: los archivos ahí, al alcance de la mano, para informarse y debatir en colectivo sobre los trapos sucios de esos gobiernos que se llenan la boca hablando de derechos humanos.

31 de agosto de 2010

Literariamente hablando


El otro día me terminé de leer -esperas de guagua mediante- En el limbo, de Maria Elena Llana. El primer encuentro que yo había tenido con la autora cubana fue un cuento suyo en la recopilación Contar 15 años, orientada como lectura escolar. ¡Puah!, aquel engrudo de realismo educativo socialista era lo más antimotivador para la lectura que se puede imaginar. En cambio, en … el limbo, la Llana como que se suelta, se da el gusto de volar su fantasía por el reino de su elección, un espacio post- vida donde cabe el suave gusto de realizar sueños sencillos, íntimos, románticos y hasta horrorosos cuando cabe, como en la escena quiroguiana donde lo más terrible es lo más ingenuo. Quisiéramos comentarle a la autora que no tiene que arrepentirse de darse esos placeres creativos que nacen de su carácter o gustos, que reivindique su derecho, para que no sienta como hace en el epílogo final –casi estropeando la factura final– la necesidad de buscar reinterpretaciones al estilo de los recursos sexual-retorcidos que casi monopolizan la boga en el escenario hoy.

En un Caimán Barbudo al que recurrí en el baño –otro de los escenarios donde me queda un refugio para la lectura, gracias a Auril– encuentro una apología de un pintor, cosa que no es llamativa, sino fuera porque el autor, un tal Héctor Antón, dice que los pintores paisajistas modernos de hoy tienen grandes carencias e ingenuidades, cometiendo pecados tales como decir que "pintan porque les gusta pintar". O será que yo soy muy ignorante en estas cosas de la plástica.

En la última Letra del Escriba que salió –el viernes 20 de agosto- debe haber un articulillo mío, una de esas reseñas con las que me gano un dinerito extra honradamente. Por cierto, se me pone malo el picado, porque otra de mis variantes de salida de artículos, Cubaliteraria, está limitando actualizaciones y con ello, potenciales aceptaciones de trabajos míos. Suponemos que están recortando gastos, el problema está en que yo lo que sé producir es labor intelectual.

Una frasesita genial la encontré en un panfleto de esos dedicados al tema de crear valores en los jóvenes. Porque, es evidente, los no jóvenes o ya los tienen, o ya es muy tarde. Bueno, pues Daymí Rodríguez López encabezaba su apartado con el exergo anónimo “me sentía triste porque no tenía zapatos, hasta que vi a un hombre que no tenía pies”. Mi padre reivindica el derecho de la compañera a expresarse, estoy de acuerdo, pero también reivindico el mío a responder, “por eso estamos como estamos”.

La librería bajo la carpa en el parque del Quijote estuvo buenísima. Si me dejo llevar por el impulso, se me va el salario allí. Pero me controlo. Por el momento, compré una novela de Gore Vidal, La Institución Smithsoniana. Yasmín es fan del viejo, a mi me cuadra.

29 de agosto de 2010

Descripción de un mural

Estaba sentado en un banco en un pasillo del hospital “F” de la especialidad de O., frente al mural de la sección sindical. Uno de esos murales que no se actualizan muy seguido. Era 16 de agosto. Recuerdo un par de elementos.

Dicen los especialistas en semiótica y esas cosas, que lo más importante de un símbolo va al centro. Lo que más se quiere que recuerde el visitante del hospital que mira el mural. Vale, la foto de los cinco héroes. Resalta, colorida.

En una esquina, arriba, derecha, una lista con lugares y fechas. Diablo Tun Tun, Casa de la Música… varios de ese tipo. Parece que el sindicato gestiona reservaciones para los trabajadores. Debe ser una oferta atractiva, pienso, sobre todo debe resultar una manera económica para un trabajador de disfrutar de cabarets prestigiosos de la ciudad. Lo de lugar popular me consta, porque mis conocidos que van a discos y esos lugares, los han mencionado. Lo de económico me lo deduzco, si no qué gracia tendría ponerlo en el mural.

Un artículo de periódico, una reflexión que pronostica la guerra. Daba una fecha concreta, un día de principios de julio.

Una noticia en una esquina, explicando algo del proceso de selección de jueces legos. Desde mi banco podía ver el titular. Es una particularidad del sistema de justicia cubano, de la que conozco poco, o sea, que el material podía interesarme.

Un cartel preguntaba, qué es un colectivo moral. Pero como que faltaba algo que respondiera. O se cayó el papel complementario, o la respuesta es algo difícil. Salió una mujer de una oficina cercana, con un papel, lo va a pegar en el mural. Tal vez el mural está en renovación y van a llenar los huecos, actualizar… no, no, el papel nuevo no responde a esa pregunta. La mujer regresa a su oficina y pasado un rato no había regresado. Me fui, tenía otros asuntos que atender.

21 de agosto de 2010

Haciendo la sinforma

Recordaba yo cuando, hace un tiempo, se hizo el último cambio al texto de nuestra Constitución, pensé que la declaración de “carácter irrevocable” no iba a convertirse nunca en un verdadero obstáculo cuando ellos quisieran hacer, je je, no “reformas”, que la palabrita tiene mala fama, sino “actualizaciones”, “flexibilizaciones”, “reestructuración”. Años después de aquel cambio mucha gente ha empezado a discutir mucho, los más audaces decían que las formas de propiedad cooperativa urbana no constituían problemas para el socialismo, los recalcitrantes se encasillaban en la pureza del estatismo, la conciencia y la disciplina y el acatamiento de la dirección del líder supremo –ver el Granma de los viernes– y el jefe en funciones no adelantaba un chícharo a nadie del potaje que estaba cocinando, que al fin reveló sorpresivamente en la última sesión regular de la Asamblea Nacional, lamentablemente trasmitida solo a pedazos por la televisión.

Como para demostrar que él también le sabe a eso de tácticas guerrilleras, se apeó con que dos semanas antes se habían aprobado “flexibilizaciones” más radicales que las que podía esperar el más lanzado; para más, en ese tiempo se había dejado que un subordinado trasmitiera un mensaje absolutamente conservador en el discurso a la nación del 26 de julio. No solo se había aprobado la ampliación del trabajo por cuenta propia, sino que hasta fuerza de trabajo asalariada se puede contratar ya. Autorización pura de la micro y miniempresas. Un chorro considerable de pequeños capitalistas, aunque sin mucho capital. Bueno, a primera vista, porque quién sabe. Y se deja de nuevo que los extranjeros compren casas de lujo anexas a bellos campos de golf.

A diferencia de cierta intelectual (una que hace una defensa muy rara de Esteban Morales) a la que le molesta mucho esto de los campos de golf, yo los veo como un negocio como los hoteles, donde hay que hacer un balance del costo-beneficio. Excepto que yo no sé lo que opina el resto del pueblo. Sobre las casas, me pregunto 1) si se prevé que los cubanos las puedan adquirir, dado que tengan el dinero (y de que los hay que tienen el dinero, los hay), y 2) si no se preve, cuánto tiempo va a demorar que el primer tramposo lo haga “por la izquierda”. Y si un extranjero va a tener ciertos derechos sobre una vivienda en nuestro país… no deberían ser más que los que tiene un nacional, que no son muchos.

Tal vez queda por esperar que los altos niveles concedan la limosna de informarnos los detalles de las decisiones, cómo se pusieron en la balanza los distintos criterios. A partir de qué fecha rigen esas flexibilizaciones, a qué sectores (¿entrará la actividad de alquiler de habitaciones? ¿corredor de permutas? ¿comerciante de productos agrìcolas?) podemos dedicar nuestros esfuerzos “cuentapropistas” que ya no son pequeño-burgueses (qué suerte que siempre hay un dirigente que explica cómo se aplican las leyes, vea a Expósito en Santiago cómo valida cosas imposibles en Guantánamo o Matanzas o La Habana, perdón, Mayabeque y Artemisa) si todos las podemos asumir como “segundo trabajo” (como autorizó hace poco otro Decreto-Ley), o solo los que no trabajan para ministerios seleccionados como Educación y Salud Pública. A ver si vemos bien por dónde viene la reestructuración, o las sinformas, o la actualización, o como le llamen.

2 de agosto de 2010

Respeto no, homofobia

Ciudad de La Habana, 31 de julio de 2010
 
A la dirección del periódico 5 de septiembre: 

Con dolor y asombro leí la columna "Homofobia no, respeto", del compañero Jesús Mena Aragon, publicada en la sección Opinión de este periódico (LA URL está fuera de servicio desde el domingo 1 de agosto). 

El autor despliega una serie argumentos homófobos, así como inexactitudes y falsedades históricas que avergüenzan a las personas que defendemos la Revolución tanto, o más, de lo que ofenden a las que estamos involucradas en la lucha contra la homofobia, el patriarcado y el racismo en todos los ámbitos de la vida. 

Desde las primeras líneas se puede reconocer la actitud atrincherada y reaccionaria de Jesús Mena Aragon cuando califica la propaganda contra la homofobia en nuestros medios de comunicación masiva de “abrumadora”, un “bombardeo”, una “conferencia magistral”, elemento que identifica con tazas alarmantes de discriminación. 

Más adelante Mena miente –y flaco favor hace la mentira al socialismo– al afirmar que en la Cuba revolucionaria no proliferan los odios, cuando es de todos sabido que las UMAP y la parametración existieron, fueron la expresión de un machismo secular que contaminó nuestro proyecto social por varios años y cuyas heridas todavía no sanan del todo. 

Por último, Mena intenta definir a las personas no heterosexuales como ajenas al tejido de la sociedad cubana. Una familia por él imaginada como absolutamente heterosexual y ajena a la diversidad es ofendida desde las pantallas con una subtrama de la telenovela de turno. Los equipos médicos que prestan ayuda solidaria en el extranjero son la expresión más acabada de nuestro ideal social, y, ¡claro!, en esos equipos todas las personas son heterosexuales.

En fin, todo el artículo es un resumen magistral de los gastados argumentos de quienes no tienen el valor de reconocer públicamente su temor a lo diferente, de quienes no quieren ver que las personas no heterosexuales salimos de las mismas familias cubanas e integramos la misma fuerza laboral que construye la riqueza del país día a día. No puede haber peros a la apertura de “más espacios para la lucha contra la homofobia, transfobia y otras fobias”, porque el objetivo final de Cuba debe ser “el culto a la dignidad plena del hombre”, y a mujer, añado yo, no el displicente perdón de la mayoría a la diferencia. No basta con que en Cuba no se condene a muerte por los actos homosexuales, luchamos porque a orientación sexual y la identidad de género dejen de ser causa de señalamiento, que dejen de valorarse sus derechos y necesidades como elementos de un lujo extraño, porque hay en el país “preocupaciones más urgentes en qué ocuparnos”. No hay en el soci
 alismo posible mientras algunos afirmen que la lucha contra la discriminación es superflua. 

Jesús Mena Aragon emula muy bien a quienes en la década del sesenta del siglo XX afirmaron que con conceder igualdad legal a las personas no blancas bastaba, que hacer campaña contra la discriminación racial solo incomodaba a la familia. Cicuenta años después nuestro partido hubo de reconocer que las diferencias raciales si marcan a la población porque no se atacaron los prejuicios de raíz. Hoy no caeremos en la misma tentación. Se reconozca o no la igualdad de derechos entre las familias homoparentales y heteroparentales en el nuevo Código de la Familia las personas no heterosexuales seguirán en las telenovelas, las noticias, en las calles, porque somos parte del tejido de la nación y tenemos derecho a andar por ella sin avergonzarnos de lo que somos. 

Un último detalle. En claro ejercicio de censura y violación de las reglas del debate social al que invita la plataforma del 5 de septiembre los comentarios sobre este texto no han sido publicados si no apoyaban al columnista. Eso, además de engaño a quienes navegan, es una falta de ética imperdonable. 

Por todas estas razones reclamo la amonestación del compañero Jesús Mena Aragon y de quienes en el equipo editorial autorizaron la publicación de tan irrespetuoso y contrarrevolucionario texto. Y uso el adjetivo a conciencia, pues considero que la prensa revolucionaria no puede hacerle el juego a expresiones de solapada homofobia típicas de la más reaccionaria ideología patriarcal. Si quienes integran la redacción de su medio no lo notan, quienes leemos se lo tenemos que señalar.

30 de julio de 2010

Las diferencias entre quienes sacan las cuentas

La noticia y su tono triunfalista no me dejan del todo pasmado, lo que me deja así es de quién parte una y otro, qué poca memoria queda de lo que se solía sostener hace muy poco tiempo. “El salario medio disminuyó en 0.9% y la productividad aumentó en 4.3%”. ¿Lo dice un malvado empresario burgués ante su junta de accionistas, orgulloso de su gestión? ¿Le cae arriba nuestra prensa, proclamándolo como demostración de los males del capitalismo explotador de los pobrecitos proletarios? No, lo dice la compañera Margarita González, nuestra Ministra de Trabajo y Seguridad Social, delante de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que celebra en estos días una de sus dos sesiones anuales. Lo publica feliz nuestro Granma y varios otros órganos cubanos e internacionales.

La Comisión de Asuntos Económicos, que representa al pueblo cubano, realizó a continuación un “provechoso intercambio”. Espero que hayan recordado durante este intercambio del que no tenemos más detalles, que el salario del año pasado era, como lo ha reconocido públicamente el compañero presidente de nuestro Estado y Gobierno, Raúl Castro Ruz, INSUFICIENTE, obligando a las personas a completarlo por medios de todos los colores, incluidos los poco éticos. Espero que se haya revelado como necesario que bajaran un poco, más bien un gran poco, los precios de las mercancías que vende el Estado en tiendas de todas las monedas, para hacerlos más asequibles al pueblo, excepto el exiguo puñado de alimentos subsidiados del racionamiento “de la libreta”. Espero que en ese intercambio hayan saltado especialmente los miembros de la Central de Trabajadores de Cuba. Espero que la conclusión final haya sido (no lo sé, no puedo saberlo si no lo publican) que está bien que la productividad del trabajo haya subido más, pero que no está bien que la variación del salario sea en la dirección de apretar más las necesidades de las personas.

La Asamblea ha proseguido, los organismos del Estado son juzgados según los informes que ellos mismos elaboran sobre su trabajo. Las mejores esperanzas de que aparezca algún análisis verdaderamente crítico vienen solo cuando Raúl se anima y pone el dedo en alguna llaga. Mientras tanto, seguimos echándole la culpa al bloqueo de que en las tierras (no entregadas a particulares) siga creciendo el marabú.

Donde dice tierras, léase también talleres y servicios. Dice un rumor que parece que está en estudio cooperativizar los paraderos de guaguas, seguramente el Estado aseguraría el combustible y les vendería las piezas de repuesto. Teniendo en cuenta que los pocos operadores particulares autorizados de transporte público andan con camiones de los años ´50, pienso yo que la idea es buena. Esto es, si se hubiera puesto en práctica por ejemplo en 1985, todavía hoy anduvieran aquellas guaguas Ikarus, y el país se hubiera ahorrado cientos de millones de dólares en importaciones de todo lo demás que ha rodado por nuestras calles desde entonces hasta ahora; en piezas de repuesto robadas y en combustible sustraído de las terminales. Es posible que se opongan los funcionarios que centralizaban el manejo de la divisa para todas esas compras y viajaban por Praga y por París y Londres y San Petersburgo y Beijing a ver suministradores y equipos y discutir ofertas y negociar con vendedores dadivosos. Funcionarios cuyo salario, sin duda, no disminuyó este año.