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20 de diciembre de 2010

Gracias, pero no

Creo que todavía me puedo considerar un cubano joven. A mis 31 años, por ejemplo, todavía no he llegado a la edad con la que Fidel entró triunfante a La Habana un 1ro de enero inolvidable, y generalmente aquel es considerado como un movimiento de revolucionarios jóvenes. Por lo tanto, no es descabellado que me sienta aludido por el despacho de la Oficina de Intereses de los EEUU en La Habana, revelado por Wikileaks, que llama al Departamento de Estado de la nación norteamericana a prestar más atención a los jóvenes y casi que a desechar a los grupos de la disidencia tradicional; porque los primeros son el dinámico sector que tendrá en sus manos el futuro del país y los segundos –en un lenguaje educado, claro está– un conjunto de viejos y viejas menos conectadas con el pueblo cubano que con las mensualidades que el gobierno gringo tiene la amabilidad de pasarles.

Entonces, cabría decir que me siento halagado por la positiva opinión que parece deducirse de tal cable. No obstante, para ser sincero, debo expresar mi opinión al respecto, en caso de que a algunos les interese y muchos otros se sientan inclinados a compartirla. La Oficina de Intereses mentada tiene parte de razón, porque es cierto que no nos sentimos para nada identificados con los fósiles de la contrarrevolución, los que venden al país por treinta monedas, los que suspiran por la intervención de los marines y mientras, siguen apoyando el bloqueo –o que lo condenan hipócritamente aconsejando otros medios más “humanitarios” de ingerencia yanqui.

Jóvenes como yo, entonces, preferimos como ídolos a hombres y mujeres de la talla de aquellos que, como Eduardo Heras León, en primer lugar repelieron la vileza mercenaria con las armas en la mano, cuando los sucesos de Playa Girón y, en segundo lugar, continuaron trabajando y luchando con sus manos, su intelecto y su amor por construir un futuro mejor, y enfrentaron por el camino las incomprensiones y obstáculos con que tropezara su integridad. Hasta ahora, solo me ha tocado vivir parte de eso que les ocurrió en el segundo momento. Espero no desmerecer tal ejemplo con lo que voy haciendo, así como tener la vergüenza y el valor necesario para cumplir, también, si la primera de esas circunstancias llegara a presentarse.

3 comentarios:

Boris dijo...

Lamentablemente las razones de la Sina son más pragmáticas. No es, quizás, el propósito de la vieja disidencia lo que les disgusta, sino su discurso decrépito y sus métodos antediluvianos. La oposición new age 2.0 light dolce & gabbana les parece seguramente más práctica para comvencer a sus pares de la necesidad de ejecutar ciertos cambios en Cuba, made in USA.

Anónimo dijo...

El Che fue menos elocuente, al imperialismo, ni...

YO

100 % Gusan@ dijo...

me parece, siento, percibo, he notado que entre los que deseamos un cambio de forma de gobierno y de titulares de gobierno en Cuba, la mayoría no desea ni marines ni anexión ni CIA ni intervención ni nada de eso.


También he notado un corrimiento en el límite en años de la "juventud". Con 31, ya somos "adultos maduros", hace rato, Rogelio.

Saludos Gusanos