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26 de noviembre de 2011

Bubuscopio

tags: Bubuscopio, Cuba, créditos bancarios, religión, medicina, trabajo por cuenta propia, chupi chupi, debate cultural musical, reguetón
 
Ahora que ya Rogelito está fuera del hospital, ya regresamos a la situación normal en casa, las cotidianeidades y a robarle unos raticos al trabajo para escribir bubuscopios.
 
En uno de estos días en que velé el descanso del nené en el hospital pediátrico del Cerro (finalmente la fiebre que causó su internamiento se reveló pasajera, intrascendente y sin relación con el brote actual de dengue del país) llegaron unos fanáticos de la palabra del Señor. Dieron su arenga en nuestra sala, incluso intentaron ponernos a rezar. Yo intenté pasar desapercibido en mi rincón, pero sus radares me detectaron y me dedicaron un momento personalizado.
 
Ahí no pude contenerme y les expresé que yo, por una parte, respetaba mucho la manifestación de espiritualidad que ellos realizaban pero, por la otra les recomendaba, al regresar a sus hogares y templos, realizar la operación autofocal para interrumpir la cadena de reproducción del vector de la enfermedad, el mosquito aedes aegypti. De esta manera empezó un maravilloso diálogo de sordos. Su réplica consistía en que la fe era protección suficiente, a lo que yo contrapuse que cuando la medicina moderna se unió a la fe en la primera mitad del siglo XX, la esperanza de vida subió de 35 a 70 años. Pero era como hablarle a estatuas con grabadoras. Tengo que decir que no encuentro nada de irrespetuoso en insistir en reconocer los avances de la ciencia en la protección de la salud humana. En última instancia, si el mosquito no pica al devoto de cierta deidad, va a picar a la persona de al lado, a la que también queremos mantener sana. Incluso se puede pensar que si el devoto se cuida por sí mismo del mosquito, su deidad lo puede cuidar mejor de los demás posibles problemas que en la calle no escasean.
 
Cambiando de tema, tengo otra propuesta para el Ministerio de Trabajo y Seguridad social para licencia de trabajadores por cuenta propia: el trabajo de fabricador-instalador de laboratorios escolares de Física, Química, Biología. Así no hay que importarlos desde China u otros lugares con el consiguiente costo en divisas; le damos un trabajo calificado a algunos de los profesionales que se van a mandar a la calle a vender pizzas (oficio muy respetable pero que no requiere tanta inversión en recursos humanos) y aumentamos la recaudación por la ONAT. Por otra parte, nadie acaba de explicar por qué no se reconoce y extiende la licencia a los repasadores de materias escolares, si hace rato que existen, es conocido que atienden a los jóvenes de las familias de funcionarios y dirigentes y es otro oficio calificado, respetable y al que se le podría y debería cobrar impuestos para el fisco. Cultura tributaria, estamos llamados a tener.
 
El nacional después que el extranjero, de nuevo, y sin creerse que se gana algo estando por la libre. Esto viene ahora en la agricultura, cuando ya se le va a poder vender productos agrícolas directamente a los hoteles, sin pasar por acopio. Rectifico, ahora en los hoteles también hay cubanos. Pero en fin, la filosofía se mantiene, porque sigue siendo la empresa con divisas y más foránea que cubana la privilegiada, antes que el preterido mercado del barrio. Además el vendedor no va a poder ser, hasta donde entiendo, cualquier guajirito simple que tenga una mata de mangos, no; hay que pertenecer por lo menos a una organización como cooperativa o granja que el estado pueda controlar.
 
Con los nuevos crédito que, explica la prensa, se van a ofrecer a todo el mundo, va a ser interesante sacar un par de cuentas. Por ejemplo, para comprar materiales de construcción y pagar la mano de obra, como posible objetivo de uno de estos préstamos. Ahora, al nivel actual de precios, un profesional como pudiera ser un médico, con su salario mensual, podrá endeudarse y erigir una modesta vivienda, que podrá pagar al banco en unos 40 años. En eso nos pareceremos a muchos paises, esto es, si se obvia el detalle de que el cubano deberá dedicar íntegramente su sueldo de 20 dolares a pagar el préstamo, renunciando así a alimentarse, vestirse, transportarse –excepto a pie– a sí y a su familia. Hay esperanzas.
 
Por último, hay un interesante brete cultural, desatado por la mala calidad, la vulgaridad y el espíritu machista –entre otros problemas– de cierto tipo de músicas y videos-clips. Algunas personas se han dado cuenta de que no es un problema de un género particular, sí, porque algunos dedos han sido muy rápidos en apuntar al reguetón, pero hay que ver cuánto de lo mismo desbordan la salsa y otros productos –nada más que hay que ver el desfile de traseros femeninos en bikini en el último video que la UJC apadrinó el verano pasado; y otros tíos listos han observado que no se puede tapar el sol con un dedo, y que esas burundangas tienen un mercado no desdeñable, en todos los grupos etáreos y sociales, que las reciben con los brazos abiertos.
 
Yo le doy vueltas al asunto, y me lo analizo en el marco de nuestro verticalista sistema; tenemos entonces un grupo que controla los medios de difusión, que como seres humanos tienen sus debilidades, necesidades y ambiciones, o sea, que para superarse intelectualmente requieren de un esfuerzo, mientras que son tan corruptibles como los pisteros de la gasolina, los tarimeros en los mercados agropecuarios, los gerentes y los compradores de las empresas en el mercado exterior. Veo que este grupo solo es controlado, si acaso, por niveles superiores que no le exigen más que manifestaciones superficiales de fidelidad, antes que una verdadera política de meritocracia basada en la calificación profesional. De no estar ausentes, también ayudarían a evitar estos problemas la presencia de niveles de crítica artística, la evaluación de la labor de promoción cultural por parte de y de acuerdo con valores consensuados con la comunidad informada, atendiendo tal vez a encuestas integrales entre los diferentes grupos de personas, tal vez con paneles de representantes de vecinos, las mujeres –como se ha visto, frecuentemente presentadas como objetos sexuales–, intelectuales –que también son vecinos y mujeres–, etc. Pero como no hay nada de eso, la caldera coge presión y más presión hasta que un chupi-chupi pincha los límites y hay un explote en una Mesa Redonda, escándalo por demás temporal y superficial.
 
Cómo están pasando cosas interesantes por aquí. Vamos a ver qué tal la nueva ley de cooperativas, la deriva del modelo y un montón de acontecimientos "en pleno desarrollo".

15 de noviembre de 2011

Será marxismo, ¿será?

Palabras clave: salario, Cuba, sociedad, marxismo, trabajo por cuenta propia, industria azucarera, demografía, descentralización
 
En estos últimos años, parecen verse algunas señales desde las altas esferas que indican cierta voluntad de rescatar la filosofía marxista, reimpulsar su estudio, celebrar eventos y todo ello. Pues bien, en estos nuevos escenarios por donde nos movemos, ahora que ya es bueno (casi) todo lo que antes era malo –las divisas, vender tu carro o vivienda, ir a un hotel, tener celular y trabajar sin que sea para el Estado–, un humilde servidor que no sabe mucho de filosofía y marxismo se pregunta si no estaremos viendo la aplicación diáfana de los teoremas marxistas más elementales.
 
En la calle 23 del municipio capitalino de Plaza, por ejemplo, y en muchas otras vías importantes o no tanto, florecen los negocitos por cuenta propia, ya sea de venta de mercaderías o de servicios varios. Los establecimientos equivalentes del Estado, por contraste, languidecen. Se me ocurre si no tendrá que ver con aquella parte de El Capital donde se explica que las formas económicas que explotan más eficazmente la fuerza de trabajo son las que vencen en la marcha larga. Lo mismo, pienso, se puede aplicar a la actividad agrícola cuyo principal motor parece ser la entrega de más tierras a campesinos privados, mucho más productivos que los obreros agrícolas de las granjas administradas por el gobierno.
 
En más de 50 años, el mecanismo de acumular sistemas de control y burocracias y llamados a la conciencia y el patriotismo y la disciplina, habrá producido hipertrofiados aparatos de dirección, pero nada capaces de competir hoy con la más elemental célula económica privada. A mi modesto entender, los dirigentes de alto nivel podían encontrar la explicación teórica de este problema en los mismos manuales que orientaban estudiar, pero parece que no la buscaban allí. Ahora la respuesta se ha impuesto con mucho dolor, en la práctica hasta los niveles de merolicos y concentraciones disimuladas de medios de producción pero, sin el reconocimiento teórico consciente de esta realidad y su estudio colectivo para sacarle el mejor provecho, un día de éstos se nos abre la caja de Pandora.
 
Y mientras solo sean cubanos, ya es seria la cosa. Pero cuando son las empresas extranjeras las de mayor empuje en el asentamiento de empresas explotando la fuerza de trabajo cubana, ¡ay mamá!
 
Tengo otro escenario que creo que se explica por la también marxista Ley del Valor. En la industria azucarera, por decenios el Estado recogía el fruto del trabajo de los centrales (el azúcar y sus derivados) y entregaba a cambio a las empresas lo que estimaba conveniente, que se traducía en pagar salarios, efectuar algunas reparaciones, etc. A todas luces, esto no fue suficiente para mantener capitalizadas a las empresas. Los administradores de este ministerio, ¿no conocían la ley marxista, o apretaban firmemente los ojos para no ver la ruina creciente delante de sí?
 
Finalmente, otra pedrada mía en esto del marxismo para que la rebatan los que saben más que yo. Decía Marx que lo menos que podía pagarle el patrón a su fuerza de trabajo era lo mínimo indispensable para la reproducción de esta. Si lo que recibe esta fuerza de trabajo es menos de lo que necesita para alimentarse y adquirir los bienes materiales y espirituales mínimos –y con el desarrollo del mundo, esos bienes mínimos crecen en cantidad y calidad– la fuerza de trabajo sufrirá un detrimento inevitable. ¿Será que hay una relación entre lo magro de nuestro salario, y el envejecimiento y decrecimiento de la población cubana, con sus bajos índices de natalidad y altas tasas de emigración? ¿Serán, tantas de nuestras realidades, comprensibles mediante la aplicación de la teoría marxista?