Secciones

Secciones

Reglas para comentar

1) Los comentarios ofensivos serán borrados
2) Los comentarios deben tener alguna relación con el tema del post
3) Se agradecerá el aporte de argumentos con referencias para que podamos ampliar el debate

30 de julio de 2010

Las diferencias entre quienes sacan las cuentas

La noticia y su tono triunfalista no me dejan del todo pasmado, lo que me deja así es de quién parte una y otro, qué poca memoria queda de lo que se solía sostener hace muy poco tiempo. “El salario medio disminuyó en 0.9% y la productividad aumentó en 4.3%”. ¿Lo dice un malvado empresario burgués ante su junta de accionistas, orgulloso de su gestión? ¿Le cae arriba nuestra prensa, proclamándolo como demostración de los males del capitalismo explotador de los pobrecitos proletarios? No, lo dice la compañera Margarita González, nuestra Ministra de Trabajo y Seguridad Social, delante de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que celebra en estos días una de sus dos sesiones anuales. Lo publica feliz nuestro Granma y varios otros órganos cubanos e internacionales.

La Comisión de Asuntos Económicos, que representa al pueblo cubano, realizó a continuación un “provechoso intercambio”. Espero que hayan recordado durante este intercambio del que no tenemos más detalles, que el salario del año pasado era, como lo ha reconocido públicamente el compañero presidente de nuestro Estado y Gobierno, Raúl Castro Ruz, INSUFICIENTE, obligando a las personas a completarlo por medios de todos los colores, incluidos los poco éticos. Espero que se haya revelado como necesario que bajaran un poco, más bien un gran poco, los precios de las mercancías que vende el Estado en tiendas de todas las monedas, para hacerlos más asequibles al pueblo, excepto el exiguo puñado de alimentos subsidiados del racionamiento “de la libreta”. Espero que en ese intercambio hayan saltado especialmente los miembros de la Central de Trabajadores de Cuba. Espero que la conclusión final haya sido (no lo sé, no puedo saberlo si no lo publican) que está bien que la productividad del trabajo haya subido más, pero que no está bien que la variación del salario sea en la dirección de apretar más las necesidades de las personas.

La Asamblea ha proseguido, los organismos del Estado son juzgados según los informes que ellos mismos elaboran sobre su trabajo. Las mejores esperanzas de que aparezca algún análisis verdaderamente crítico vienen solo cuando Raúl se anima y pone el dedo en alguna llaga. Mientras tanto, seguimos echándole la culpa al bloqueo de que en las tierras (no entregadas a particulares) siga creciendo el marabú.

Donde dice tierras, léase también talleres y servicios. Dice un rumor que parece que está en estudio cooperativizar los paraderos de guaguas, seguramente el Estado aseguraría el combustible y les vendería las piezas de repuesto. Teniendo en cuenta que los pocos operadores particulares autorizados de transporte público andan con camiones de los años ´50, pienso yo que la idea es buena. Esto es, si se hubiera puesto en práctica por ejemplo en 1985, todavía hoy anduvieran aquellas guaguas Ikarus, y el país se hubiera ahorrado cientos de millones de dólares en importaciones de todo lo demás que ha rodado por nuestras calles desde entonces hasta ahora; en piezas de repuesto robadas y en combustible sustraído de las terminales. Es posible que se opongan los funcionarios que centralizaban el manejo de la divisa para todas esas compras y viajaban por Praga y por París y Londres y San Petersburgo y Beijing a ver suministradores y equipos y discutir ofertas y negociar con vendedores dadivosos. Funcionarios cuyo salario, sin duda, no disminuyó este año.

26 de julio de 2010

Inmovilismo o muerte

¿Por qué no fue mi Presidente, sino un Vice, el del discurso más importante del año? ¿Por qué el líder en funciones del Partido cede el esclarecimiento nacional de la política a un subordinado? ¿Por qué esta intervención ha tenido tal sabor a 9 Termidor, a reacción contra las transformaciones conducidas por el actual líder de la Revolución cubana?

Me enteré hoy que la prensa extranjera es quien único aboga por reformas en Cuba. Parece que Luis Suárez y José Alejandro Rodríguez no pertenecen al Juventud Rebelde, sino a El País, EFE o a la CNN. Peor aún para mi salud mental: parece que yo me engañaba completamente cuando creía que la mayoría de las cartas de la sección Cartas a la Redacción, del Granma –órgano oficial del Partido Comunista de Cuba– reflejaban, más que la disposición, la premura de la población por realizar el último acto heroico del que quizá seamos capaces como nación, esto es, de seguir a Raúl hacia la imperiosa transformación que necesita el Socialismo para reivindicar al ciudadano como centro del empeño colectivo –de transformar un Estado agobiante, reclamador eterno del sacrificio incondicional, por un país donde el interés individual esté armónicamente conjugado con el colectivo.

Tal vez, delirios míos. Tal vez nuestro Presidente tenga todavía tiempo y me convenza en algún momento de que no eran tales delirios. Tal vez.

24 de julio de 2010

Preparándonos para la normalización de relaciones

Ahora que el Congreso va a aprobar que los ciudadanos de los Estados Unidos son libres de viajar, que Barack Obama está dedicado a defender a los inmigrantes y que Raúl está liberando prisioneros, traigo esta proposición previsora para el día que las relaciones bilaterales Cubaa-USA sean totalmente normales.

Como se sabe, ambos países están separados por el estrecho de la Florida, que obliga a que las comunicaciones sean por aire o por mar. ¡Ah, qué distinta fuera la historia si hubiera una vía directa de comunicación terrestre! Los mejores ideales humanos y sociales se hubieran propagado sin dificultad, por la pacífica difusión del contacto inmediato entre los pueblos, imponiéndose el futuro sobre las malvadas y arcaicas formas de explotación. Pues bien, mi propuesta también tiene ese mérito.

Este es un proyecto ingenieril de primera magnitud, con el que de paso le doy en la cabeza a unos ingenieros de la Cujae que se creen muy listillos y que ganaron no sé qué premio gordo ahí, pero solamente porque yo no competí. Se trata del primer y único tunel submarino semiflotante autobalanceado. Sí, porque un puente es cosa complicada, es muy lejos para hacerlo colgante y está muy hondo para ponerle pilotes o hacer algo tipo pedraplén, además de que la corriente del Golfo y los barcos que suelen pasar por ahí iban a protestar. Y también está muy hondo para hacerlo por debajo del fondo. Entonces, este túnel es como un salchichón gigante que flota “entre dos aguas”, como un submarino, digamos a unos 100 metros de profundidad. Por dentro del salchichón van 3 vías de ida y tres de vuelta de automóviles, y uno de ferrocarriles en cada dirección, más una vía de servicios. Además hay secciones de maquinarias, controles y tanques para lastre. Los extremos, uno en Cayo Hueso y el otro en Alamar, como si fuera un túnel normal. Si nos ponemos delirantes, lo hacemos como una derivación del túnel de la Habana.

Para asegurar la estabilidad, el salchichón va a ir encadenado cada cierta distancia (unos 5 kilómetros o unas 3 millas) a enormes boyas-plataformas. Así espaciadas y debidamente señalizadas constituyen una buena señalización para la navegación y el agua o petróleo que flote en la corriente del Golfo. O sea, el salchichón se equilibra su flotabilidad con su peso más los tanques con lastre (agua del mismo mar que se bombea dentro o fuera según convenga), pero estas plataformas, con buenos motorsotes, lo mantienen en posición para que no lo arrastre la deriva.

El precio de mi idea estaría entre 50 y 100 mil millones de dólares. O sea, una gran inversión. La repartición de los costos consiste en que los paga Estados Unidos, que también pone el extremo norte, y Cuba pone el extremo sur y su magnífica existencia por la que todo el mundo le debería estar muy agradecido. Y ya tengo cuadrado cómo vamos a recuperar el monto, además de los beneficios humanos de la mejor comunicación, etc.

Obviamentese cobraría un peaje a los automóviles, y el ferrocarril va a hacer su negocio, pero esto dará si acaso para los gastos de mantenimiento. El grueso de los ingresos no va a estar ahí. ¿Recuerdan las plataformotas-boyas? Bueno, la mayor parte de ellas -unas 40- va a estar en aguas internacionales. Estados Unidos va a administrar las 20 del norte y Cuba las 20 del sur. Los inversionistas estadounidenses van a tener una oportunidad única, que se la van a ripiar, por poner emporios turísticos, atracaderos de yates... y paraísos fiscales y casinos, en las bases de ellos.

Vamos a ser realistas: Las Vegas está en el medio del desierto, y tiene semiagotados todos los recursos acuíferos subterráneos de Nevada. En cambio, mis plataformas están en el medio del océano, y con simples plantas potabilizadoras, tal vez con energía nuclear -otra ventaja de estar en altamar- resuelven el problema que se va a comer a la actual capital del juego. Como nosotros somos un país socialista, libre de esos malos vicios, nuestras plataformas estarán cubiertas solamente de paneles solares que producirán para el Sistema Eléctrico Nacional, con lo que la gente de Cubaenergía va a estar muy contenta, y tal vez se puedan encender dos televisores y tres refrigeradores en la entrada del túnel, como ya dijimos, en Alamar.

En resumen, la obra ingenieril del siglo XXI está a nuestra vista. Dele tiempo, usted verá.

11 de julio de 2010

Después de la comprobación

Ahora que ya se acabó el Mundial:

A estas alturas, todos los interesados ya están al tanto de que la famosa inspección masiva que hizo la flamante Contraloría de la República dio un resultado que no es menos escandaloso por el hecho de que fuera pronosticable. Por lo menos, la mitad de las empresas auditadas, de los centenares escaneados a lo largo y ancho de la isla, de todos los sectores y ramas de producción y servicios, estaban en situación lamentable, aún con los laxos parámetros con que suelen medir aquí las cosas (tienen que ser laxos si la agricultura da “regular” y “bien” en la mayor parte de los lugares).

Ahora hay que ver cómo se piensa tomar esta situación, esto es, cómo piensan tomarla los que tienen la potestad de hacer algo con más repercusión a nivel nacional que mis elementales elucubraciones. Desde mi punto de vista, hay varias opciones y pueden pasar varias cosas, unas con más probabilidad que otras.

Lo primero que se puede y debe analizar es que en nuestro país existen leyes aplicables inmediata y exactamente a este tipo de situación. ¿Hay desfalcos, fraudes, faltan recursos en determinadas empresas que estaban bajo la responsabilidad de determinados directivos? Bueno, que las leyes penales se apliquen a aquellos mandantes cuya actitud se puede equiparar a la del delincuente. Y es difícil convencer de que no hay delito, cuando no hay una constancia convincente de dónde están los miles de pesos, las toneladas de alimentos y los demás recursos, y el buenazo de Lindoro Incapaz le hace su fiesta de 15 a la hija en el Hotel Nacional, sin duda con los ahorros de su sueldo en MN. Ahora no me vengan con el cuento de que “es falta de capacitación, vamos a mandarlo a pasar un cursito”. Para sumar y restar, multiplicar y dividir, no hace falta ser universitario, y con poco más se puede tener controlada la actividad económica de talleres y empresas pequeñas. Si quiere comprobarse que la causa de los problemas no estaba en la falta de habilidades de los sujetos directivos, fíjense que en la fiesta (de los 15 de la hija) a ningún invitado le faltó su cajita-bufet.

Si no hay delito, sino simplemente incapacidad, hala, a cambiar al hombre. Y a poner uno más preparado. En 50 años de Revolución se ha graduado más de un millón de universitarios. Que se supere el hombre, sí, pero desde un lugar donde pueda hacerlo con calma sin que su inefectividad actual le reste recursos al desarrollo del país.

También podía mirarse un poco más allá, y preguntarse, ¿qué pasaba antes de esta comprobación nacional, con los mecanismos internos de cada ministerio para prevenir este tipo de cosas? Diría Pero Grullo que no estaban funcionando bien, o no estaban funcionando en absoluto. ¿Van a cambiar esos mecanismos? ¿Va a exigírsele a los máximos responsables, dígase los ministros, por su no cumplida responsabilidad?

Si nada de esto ocurre, si todo se queda igual, si a lo máximo se toman algunas medidas cosméticas y meramente se dispara un redoble temporal de la flamígera oratoria en contra del descontrol, las personas despiertas no se asombrarán de que los problemas permanecerán como mismo. Quizá dentro de algunos años repitamos el ciclo de escándalo-inspecciones-resultados negativos, y alguien más vuelva a escribir unas líneas como estas. Aunque hay otras opciones.

Mucha gente está convencida de que la pequeña empresa de manufactura, los servicios, (gastronómicos-salones de belleza-taxis-reparaciones menores del transporte y el hogar, etc.) no tienen porqué pertenecer al Estado para que el sistema social se llame socialista. El pequeño agricultor cubano es más socialista que el burócrata de la granja estatal. Socialista es cuando los medios de producción estén en manos de los trabajadores. Esto no es capitalismo, capitalismo es que estén en manos de un explotador que emplea mano de obra asalariada. Cuando los medios de producción de veras están en manos de los trabajadores, seguro hay mucho menos descontrol de recursos. El Estado ahorra por partida múltiple, primero porque no subsidia las pérdidas de esos sectores; segundo, porque no gasta tanto inspeccionándolos (para comprobar una y otra vez que le roban); tercero, porque le reportan ingresos a través de impuestos y cuarto, porque concentra tanto las inversiones, como los subsidios imprescindibles, como las inspecciones necesarias, en los sectores estratégicos que definen el desarrollo del país. Y en esos sectores, además, si se implementa la autogestión y la cogestión por parte de los trabajadores organizados, la mayor parte del trabajo de las inspecciones la hacen los propios trabajadores, la eficiencia se eleva al corresponderse con el interés inmediato de los obreros y obreras y la próxima inspección nacional no necesitará provocar tantos rubores.

4 de julio de 2010

La discusión debe tener un fin

Hay que moverse adelante. Hay discusiones que se enquistan y prolongan indefinidamente. Se agotan todos los argumentos pero los adversarios regresan una y otra vez a lo mismo, sin progreso visible. Confieso que, si por casualidad estoy en uno de esos coros y no logro que cambien el tema, que hagan cualquier cosa en lugar de seguir dándole vueltas a la noria, me salgo. Quito el plug.

Desde que empezó la sección "Cartas a la Dirección" en el Granma, hará par de años aproximadamente, empezó también la discusión en ese foro de si la cooperativización o no de las pequeñas unidades de servicio. No voy a mencionar los argumentos de una ni otra parte, ya he manifestado mi postura anteriormente. Lo que quiero decir aquí es que, con cada edición de cada viernes, como la de este último, ya el debate se ha vuelto repetitivo, cansón, machacante, con los mismos argumentos y vehemencia de una y otra parte. Como no entran al ruedo economistas, ni los altos dirigentes que al final se supone toman las altas decisiones y, de hecho, una sola vez publicaron la opinión de un trabajador de estos centros, como simplemente son las mismas personas simples del barrio –asumiendo que el Granma es sincero con lo que dice que publica– repitiendo las mismas razones, creo que la publicación del debate ha perdido, como mínimo, su valor periodístico.

Hace rato, se siente, que llegó la hora de las decisiones. De moverse adelante. Tiempo de estudio de la situación, de sondeo de las opiniones de la población, se ha tenido más que suficiente, si es que no se ha gastado ese tiempo en jugar a poner y quitar municipios y provincias y ver cómo queda luego el mapa. Ahora seguir prolongando la discusión entre los vecinos de la bodega del carácter de la propiedad de la pequeña empresa de servicios, y la publicación de esta discusión, solo producirá que estas personas se empiecen a lanzar calificativos peyorativos unos a otros, como ya está ocurriendo.

Si todavía no hay un consenso, llévese a votación. Que decida la democracia –o sea, el pueblo mediante la decisión de la mayoría–, cómo quiere que sean las reglas de la actividad económica del país donde vive. O hágase científicamente, experiméntese en algún territorio limitado. Cojan una provincia para ver qué pasa. A lo mejor conviene hacerlo solo en las ciudades. O al contrario, quizá en el campo es donde viene bien. O a lo mejor es preferible una solución intermedia, parte estatal, parte cooperativa. Pero basta ya de dejar reproducirse la cizaña. La parte útil de la discusión, aquella donde todos tuvieron su oportunidad de opinar –al menos yo lo creo así– ya pasó. Pero esto se convierte en una esquina caliente más, donde cada aficionado le va, irracionalmente y sin ceder, a su equipo. En el deporte, esto puede ser una bendición con la que todos se divierten, pero en la vida social es una tragedia. Y yo paso de las tragedias inútiles.