Bruno Henríquez comenzó por agradecer al director de Nuevo Milenio, licenciado Juan Cabrera Rodríguez, la grata oportunidad de reunirse y debatir sobre estos provechosos temas. “Nos encontramos” –explicó- “en la época en que se empieza a evidenciar la incapacidad de los combustibles fósiles para suplir las necesidades energéticas de la humanidad, por no hablar del descomunal daño que su combustión inflige a la ecología. Sin embargo, la geopolítica de los grandes poderes continúa manifestando una irresponsabilidad criminal y provocando conflictos por el control de las reservas de una preciadísima materia prima.”
Continuó Juan Manuel Presa diciendo: “Desde los años 2004-2005 se definió la llamada revolución energética a partir de cinco grupos de programas estratégicos, basados en el ahorro y el uso eficiente de los recursos energéticos: el incremento de las capacidades de generación y distribución de electricidad; el desarrollo acelerado de las energías renovables; la intensificación de los programas de prospección geológica en busca de nuevos yacimientos de petróleo y, finalmente, la extensión a los países hermanos del Caribe y del continente americano de los aportes que los especialistas cubanos lograran realizar en estos campos. Se destaca, por ejemplo, la puesta en marcha de un proyecto de campos eólicos de generación, ya con los primeros aerogeneradores trabajando en la Isla de la Juventud y en Gibara. Hay un gran potencial en este renglón, así como en el del aprovechamiento hidroeléctrico, la biomasa y los proyectos de prospección, pero cada paso de estos requiere de cuidadosas y pausadas etapas para concretarse.
A continuación, Luis Bérriz introdujo a Cubasolar como la agencia cubana dedicada a promover el desarrollo sostenible, el uso racional de las fuentes de energía y la educación de los ciudadanos en estos campos para la solución conjunta de los problemas económicos y sociales.
El presidente de Cubasolar se cuestionó la validez de algunos índices utilizados por analistas de las sociedades occidentales para caracterizar los niveles de desarrollo tecnológico modernos. “Estos conceptos” –afirmó- “no toman en cuenta la eficiencia en el uso de los recursos, la contaminación que se produce al consumirlos, ni son capaces de caracterizar las posibilidades de satisfacción estable, en el tiempo, de las crecientes necesidades de toda la humanidad. La radiación solar es la única fuente prácticamente inagotable de energía, con una distribución mundial abierta y generosa, sin exclusiones, sin discriminación, y su uso más amplio es la única vía de desarrollo segura para la humanidad.
Julio Torres abordó el tema de los agrocombustibles, como el etanol y el biodiésel, que revelan las graves contradicciones del mundo contemporáneo. Los conflictos sobre subsidios, las astracanadas de una política centrada en la filosofía del automóvil y las turbulencias políticas y sociales que engendra este tema, fueron expuestos también.
“La energía” -continuaría Bruno Henríquez- “es electricidad y combustible, pero es también comida, luz, agua, trabajo, transporte, confort y ocio; para su ahorro o uso eficiente tomamos medidas de mayor o menor acierto. El medio ambiente es multidimensional y complejo. Son tan innumerables las formas de contaminarlo como las formas de protegerlo, y ningún esfuerzo será inútil.”
Publicado por primera vez el 19 de febrero de 2008, en el sitio de la Feria Internacional del Libro de Cuba: http://www.cubaliteraria.com/feria/index.php?comp=cobertura&id=101
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