En la Sala José Antonio Portuondo de la fortaleza San Carlos de la Cabaña, el visitante Xosé Carlos Caneiro presentó a tres correligionarios suyos de esta fresca hornada. Rosa Aneiros, Antía Otero y Camilo Franco tratarían de un tema igualmente novedoso, fruto de la inquietud del ser humano por encontrar nuevas formas de manifestar las ideas e inquietudes del sentir. Los nuevos formatos tecnológicos y la expresividad artística en la era de la interconectividad, fueron los pretextos para encontrarse con el público.
Apocalíptico e irreverente hasta con el concepto aquel de “las damas primero”, Camilo Franco abrió fuego y declaró que… él no creía en eso de los nuevos formatos. “Ni la experimentación, qué cuentos son esos. El lenguaje se adquiere, de nuestros padres, del cine… La literatura y el lenguaje no pueden adelantarse a los fenómenos, quizás ordenarlos. Lo fundamental no es la variante que uno aplique” –abundó- “sino contar bien y no confundir esto con escribir bien, desgracia que cuesta la existencia de aquel que cree importante postrarse ante su propia versión de lo que sucede, antes que frente a lo que verdaderamente existe. Pero los tiempos cambian y la literatura, hija de su contexto, no puede permanecer al margen”. Él, por demás, detesta las obras largas, de 600 páginas; escribir algo así ofende su pereza y le parece una desconsideración con el tiempo del lector.
A Antía le place muchísimo, por el contrario, la combinación de cuanto recurso moderno pueda combinarse en el hecho artístico. Adora la suma de textos poéticos con guión, imagen, música, la multiplicidad de formatos, el videopoema, la blogonovela, cuanta forma haya de diversificar la mirada sobre la imagen de lo que se quiere mostrar. “Solo debe tomarse en cuenta una condición: el formato per se no es el centro de la historia, solo el medio para que el texto entre por la vista, el tacto, los oídos y cuanto sentido se pueda concebir”.
Por su parte, Rosa Aneiros se confesó culpable de la prolijidad y el estilo arcaico. Le encanta escribir los gruesos volúmenes que a otros provocan irritación y, para colmo, ¡ella es la chica que escribe a mano! Por fortuna, no se le ocurre aplicar sus gustos particulares a los demás, pues la historia no tiene marcha atrás, y en el “océano web” se lee uno u otro autor por la promoción que se le hace, y es necesario y urgente que la literatura esté ahí, que compita, con gallardía, en todas esas nuevas dimensiones. Sea sobre papel, sobre pantallas de computadoras o como grafiti callejero, lo importante para ella, en su doble papel de escritora y lectora, es llegar e impresionar, o recibir en la epidermis propia la huella del buen escribir.
Publicado por primera vez el 19 de febrero de 2008, en el sitio de la Feria Internacional del Libro de Cuba: http://www.cubaliteraria.cu/feria/index.php?comp=cobertura&id=105
No hay comentarios:
Publicar un comentario