Secciones

Secciones

Reglas para comentar

1) Los comentarios ofensivos serán borrados
2) Los comentarios deben tener alguna relación con el tema del post
3) Se agradecerá el aporte de argumentos con referencias para que podamos ampliar el debate

24 de febrero de 2012

Seguidilla de la Feria

Tags: Feria Internacional Libro Cuba, Bubusopía, memorias médico rural
 
Por Rogelio Manuel Diaz Moreno
 
Tengo que reconocer cierto apurillo ético, porque están pasando cosas bien intensas como para seguir hablando acá de eventos pasados, pero lo que tenía que haber hecho era haber publicado más sobre la Feria Internacional del Libro, antes, y punto. Bueno, acá va una reseña-nota sobre la presentación de un libro.
De comentarios al margen: Resultó que durante la Feria, teníamos conexión a una Internet 1.0 o algo así, porque ni acceso a blogs (como Bubusopía), ni redes sociales como las que todo el mundo conoce. Y eso que la mayoría de las editoriales han creado, por orientaciones de las altas autoridades, perfiles en los correspondientes sitios. Bueno, durante la feria del libro, las editoriales basificadas en La Cabaña no pudieron actualizar. Así mismitico.
Un detalle personal para la cosa kitsch. En esos días, se recordará, se dio el lamentable y prematuro fallecimiento de la diva Whitney Houston (¿es así como se escribe?). Y nuestro antipático chofer tenía la radio puesta donde estaban dando la noticia, e intercalaban los comentarios breves y sobrios con fragmentos de las canciones, especialmente el tema de El Guardaespaldas. Y nada, que uno sabe que esa gente son hollywoodenses y todo eso, y que el mercantilismo, y que la banalización, etc., pero es que uno también tiene una partecita tierna en el corazón y se pone sentimental.
Entonces, ahí los dejo con una nota con uno de mis personajes ídolo como protagonista. Este libro se lo regalamos a un amigo argentino que vino con una imagen en la cabeza de nuestro país, parecida a la que tenía yo a los 18 años. Me temo que al recorrer la ciudad a pie todos estos días, se le ha desinflado un poco la maravilla, así que a manera de masaje revivificante y para constatar que siempre habrán cosas por las que vale la pena soñar.
 
La semilla que cayó en tierra buena
La simiente que cayó en suelo fértil y dio buen fruto, cabe añadir, era de natural generosa y no podía sino recompensar las manos que la plantaron con amor y esmero. Ricardo González Menéndez, médico admirado y entrañable, debía presentar este 13 de febrero el volumen que recoge –temporalmente- sus memorias. Caprichosamente, el llamado de los necesitados requirió una vez más de sus empeños, y no quedó otra posibilidad, para quienes acudimos a la sala José Antonio Portuondo en la fortaleza de La Cabaña, que recibir en voz de un colega su mensaje de gratitud y cariño para los asistentes a la Feria Internacional del Libro.
Iraida Aguirrechu Núñez, de la Editora Política, presentó al Dr. Luis Calzadilla, también lumbrera reconocida de las ciencias médicas de nuestro país y amigo personal de González Menéndez, que se encargaría de la presentación del volumen Volver a la semilla. Calzadilla compartió entonces con los visitantes los detalles de mayor significación del texto, que le sirvieran además para elaborar sabiamente un sentido conductor de una epopeya de registro absolutamente carpentereano.
El público recibió en primer lugar la graciosa, si bien impresionante, descripción de un recién graduado con más teorías en su cabeza que habilidades prácticas en la mano del bisturí, enfrentado con un machetero accidentado con su mocha que lo esperaba como el primer caso para atender, prácticamente en los estribos del ómnibus que lo llevó desde la cosmopolita capital del país, hasta el intrincado municipio de Niquero. Se puede vislumbrar que este comienzo, de película tremebunda, fue apenas el umbral de una trayectoria que condujo al joven galeno a través de un crecimiento profesional y humano de ribetes extraordinarios. Al dejar la zona cinco años más tarde, cuando solo estaba comprometido a trabajar en ella catorce meses, la población del lugar había elevado ya a este médico a los rincones más reverenciados del altar hogareño, justo al lado de las imágenes de la Virgen, tal vez con un aire de San Ricardo del Pinar –por aquello del lugar de origen. Esta consideración la había conquistado González Menéndez con su abnegación, su espíritu de sacrificio, su compromiso en el enfrentamiento a la muerte y el sufrimiento de las personas a cuyo bienestar y consuelo había dedicado cada instante y todas sus energías en el período transcurrido.
La labor asistencial de González Menéndez tuvo otro significado particular, pues fue pionero también de una labor educativa y formativa con la población que serviría de inspiración y modelo a posteriores programas hoy extendidos por toda la nación. De vuelta a la capital, entró a formar parte del equipo del doctor Eduardo Bernabé Ordaz en el hospital psiquiátrico de La Habana. Es más que conocida la hazaña de la  transformación de aquel centro en aquellos primeros años de la Revolución, y a personas como ellos les cabe el mayor mérito por el grandioso resultado, atestiguó el Dr. Calzadilla.
Hoy cabe reconocer también al profesor González Menéndez por su invaluable trabajo de atención a pacientes víctimas de dolorosas adicciones, ya sea a bebidas alcohólicas o a otras sustancias estupefacientes, y al trabajo educativo y divulgativo sobre temas de salud. De tal suerte, su labor asistencial  se ha visto complementada con abundante producción académica y para el público general.
Pasado el tiempo, concluyó el Dr. Calzadilla, ya el querido profesor no es aquel joven al que comprensiblemente le temblaba la mano que debía coser los tendones sajados por un mochazo perdido, pero continúa siendo aquella persona humilde, con un humanismo excepcional y la misma voluntad de servicio que germinara como la fruta más hermosa en aquella distante comunidad rural.
 
Lo que usted no leyó: al final de la presentación, como se había comentado en algún momento que RGM provenía de una familia no proletaria –vaya, que traía la mancha del "pecado original" del origen burgués– la Aguirrechu creyó su deber aclarar –para los que no se hubieran dado cuenta– que el compañero era hoy un miembro honorable del inmortal Partido. Hay cosas que son muy importantes para algunas personas.

No hay comentarios: