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28 de junio de 2011

Bubuscopio

El término me lo regaló un amigo y una mala transcripción que me gustó y resultó en este instrumento para escudriñar y mirar las cosas desde el lente de Bubusopía.
 
El fin de semana Auril se volvió un Nené Travieso y nos descuarijingó el libro de las memorias de Eddy Martin. El recordado periodista y comentarista deportivo había hecho un arroz con mango de mucho interés. Algunos textos incluidos en las Memorias a los setenta y…, tales como aquellos sobre el origen del ajedrez, hacen preguntarse a uno sobre la verdadera edad del autor. Otros son capaces de emocionar al más pinto de la paloma. Mi favorito, la crónica del vuelo de nuestro único cosmonauta, Arnaldo Tamayo, en el vuelo conjunto con la Unión Soviética, allá en los verdaderamente especiales años 80 del pasado siglo.
 
Los franceses que saben más de cuatro cosas, están metiendo dinero del grueso en su programa nuclear. Alemanes e italianos se visten de ecologistas para cerrar el paso de las centrales electronucleares en sus territorios, pero con renovables y eficiencia no pueden llenar los huecos, así que terminan contaminando más con combustibles fósiles y/o comprando electricidad… a Francia.
 
Los periodistas del patio andan agitadillos, y en la sopa hay variedad. Tenemos los viejos fósiles de siempre, los que se quejan de que la juventud anda escapando a mundos virtuales con los nuevos juguetes electrónicos –sin preguntarse qué será que les disgusta en el mundo real y quién se los presentó de esa manera-; las quejas lacrimoniosas de siempre de que en las escuelas se da más instrucción que educación: no sé en las escuelas de cuál ministerio, porque las de Cuba no consiguen resultados demasiado buenos en las pruebas de ingreso y en cambio siguen vertiendo sobre el educando las montañas de trabajo político ideológico para, en palabras de los distintos funcionarios y sucesivos ministros, "atender la primera prioridad que es inculcarles valores revolucionarios". Al lado de esto se aprecian movimientos saludables de crítica en el Juventud Rebelde y en el mismísimo Granma, revelando la pérdida de las muy deficitarias cosechas en los campos por la deficiencia del irremediable Acopio; los retrasos en la producción de materiales de la construcción porque el otro Acopio, el industrial, tampoco recoge o reparte el producto, con lo que medio millón de bloques enmohecen en los patios de una u otra fábrica. Acá haría falta tal vez una nueva figura de trabajador por cuenta propia, el recolector-comercializador de productos agrícolas e industriales. Vaya, un revendedor autorizado. Es posible que el mismo se quede con una buena ganancia, pero al menos la producción no se perderá. Hablando de ganancia, el periódico comentaba que para una de esas fábricas de bloques su medio millón de unidades le representaba algo más de 400 mil pesos, o sea, menos de 1 peso por bloque, así que si ese mismo bloque el Estado se lo vende a más de 8 pesos a la población, me pregunto si el es revendedor particular el que más duro muerde.
 
El límite de la crítica de los periódicos se aprecia cuando no se preguntan por las máximas responsabilidades de estos desastres, que me imagino pase por esos de los altos niveles, que tanto disertan sobre la necesidad de controles y de controlar y de Controlito y de Controlón, de cambiarlo todo menos a ellos mismos -ni porque el General en Jefe ya dio el ejemplo y limitó a dos períodos su actuación-, de cambiar las maneras de trabajar pero no aquella manera en la que los trabajadores no son decisores de lo que producen ni del cómo, ni del con qué ni del para quién, mientras ninguno de los que sí son decisores sufre por la falta de viandas en su cocina ni de hacinamiento en una vivienda en mal estado constructivo. También cuando hablan de la corrupción y los escándalos en ciertos ministerios e Institutos cubanos, pues en el sucio negocio destapado en Cubana de Aviación se comentaron varias condenas pero no se ha vuelto a mencionar al primer piloto. Volando un poco más bajito, el buenazo de Amaury Pérez revolvió un avispero.
 
Hablando de trabajos por cuenta propia, me pregunto cuándo falta para que permitan escuelas particulares debidamente oficializadas y regularizadas. Por favor, antes de lanzar el anatema, asegurarse que nunca se le ha pagado a un repasador para que calce a la progenie las lagunas dejadas por el maestro emergente u optimizar rendimiento frente a pruebas de ingreso, de Universidad o lo que sea. Tener en cuenta que el programa de despidos se pone en marcha, millón y medio de personas en pocos semestres, muchas con formación  profesional avanzada y que no tienen la capacidad de ser plomeros, carpinteros, albañiles, agricultores o llevar un timbiriche gastronómico. Pocos toman en cuenta que el 90% de las nuevas empresas particulares fracasan en sus primeros años. Y el mismo Fidel dejó dicho en Fidel y la Religión que la escuela particular no era tan mala.
 
El entrañable Tato está divulgando una serie de propuestas a la que ya le llamamos medio en broma, los Lineamientos de la Cofradía. Una serie de iniciativas contra el racismo que merecen mucha atención y consideración. A mí me parecen encomiables, veremos de cómo apoyar/participar. Pienso en particular en políticas de promoción de educación en las barriadas más humildes, donde precisamente se imbrica el problema de lo marginal con el de lo negro y que me disculpen los que vean que no uso bien los términos. Las escuelas de esas zonas necesitarían de prioridades de inversión de recursos materiales y humanos. Especialmente en estos últimos se puede poner un acento especial -los mejores maestros, con el apoyo de los actores más comprometidos de la sociedad civil. Y si esta toma algunos pasos por delante del Estado, puede dar la pauta. Va y se convoca un tipo de repasadores de matemática, español, etc., que trabajen gratis o si acaso por cubrir el impuesto- que no recuerdo ahora si la actividad la incluyeron como trabajo por cuenta propia con impuestos; con apoyo de movimientos comunitarios de autodesarrollo, autoeducación, autotransformación. Algo para pensar. Seminarios de superación o formación o asesoramiento de actividades económicas o culturales y recreativas, todas cooperativistas. Convocatorias a premios de ensayo o de obras de la vida contra el racismo. Mucha tela por donde cortar.
 
Finalmente para mis fieles seguidores, la constatación de cuánto lamento no poder corresponder a sus comentarios. Saben lo mucho en que valoro esta retroalimentación. Cosas de las limitaciones de mi conexión. No dejen de contribuir. En líneas generales, por instinto de conservación a veces doy unas vueltas medio raras para tratar ciertos temas. Cualquiera sabe por qué.

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