Se ve venir, esa es la verdad. Se
vuelve a demostrar que nuestro actual gobierno no pondrá obstáculos
para cualquier operación, económicamente redituable, que
desarrollen las corporaciones capitalistas. No importa cuán
desventajosa sea desde los puntos de vista ecológico o social, ni
tampoco cuán mal se haya hablado en los medios oficiales,
previamente, sobre los malvados imperialistas que la pusieron en
práctica primero.
En una entrega pasada, yo reflejé mi
preocupación por la posibilidad de que aplicaran en nuestro país
las técnicas conocidas como fracking. Los medios de prensa habían
reportado, por aquel entonces, los detalles de una
operación bastante parecida. Se trataba del
yacimiento de crudo de Boca de Jaruco, donde existe una empresa mixta
de Cubapetróleo (CUPET) y la rusa Zarubezhneft. Allí aplicaron
entonces una técnica de rescate de pozos envejecidos, para recuperar
sus niveles productivos. Como es sabido, la fracturación hidráulica,
o fracking, consiste en inyectar agua en los estratos subterráneos
de pozos de petróleo envejecidos, para reactivar su productividad.
La única diferencia era que, en aquella ocasión, lo inyectado era
vapor.
Pues bien, en la noche del pasado
domingo 16 de agosto, el noticiero estelar de la televisión cubana
incluyó un sugestivo reportaje. La novedosa técnica, explicó un
ingeniero al público mediante las cámaras, consiste en inyectar
vapor y agua en los estratos subterráneos. El especialista
reconoció, muy diplomáticamente, que esta operación debe
realizarse con mucho cuidado, y que ha sido objeto de severas
críticas a nivel internacional.
Apelo a mi memoria, naturalmente. Al
día siguiente busqué en la prensa digital algún eco de esta
noticia. El video del noticiero parece estar en sitios oficiales
cubanos, pero no tengo tanta conectividad. Encontré algunos vínculos
en Diario de Cuba, 14ymedio,
Cubanet... pero no
entré en esos sitios, porque me gusta mi trabajo. En
algunos otros sitios menos comprometedores sí entré y encontré el
reporte de la agencia EFE que, más o menos, recoge que la televisión
estatal cubana dijo
lo que les acabo de contar.
Algunos compañeros
me han dirigido aclaraciones en el sentido de que esta práctica,
todavía, no cumple todos los requisitos para ser la denominada
fracking. Aún así, se parece mucho, comparte muchas de sus
características, especialmente, unas cuantas de las negativas.
Recapitulemos.
Nuestro país se encuentra en medio de una feroz sequía. ¿Qué
peor, entonces, que dedicar cantidades no despreciables de agua a una
de las técnicas más siniestras del mundo? Por la posición del
yacimiento, quizás no afecte acuíferos de agua dulce subterráneos
pero, cuando esa agua rebrote, ¿qué hacer con ella? ¿La
derramaremos alegremente al mar, con todos sus residuos químicos,
para que envenene toda la vida costera cercana? Y de paso, nos
alcance mediante la ingesta de pescado contaminado.
Vale la pena
repetir que estas operaciones han sido señaladas como causa de
movimientos sísmicos. Si se produce entonces algún terremoto
¿quién pagará los daños a los afectados, a sus viviendas, al ya
deteriorado patrimonio de la nación?
¿Qué pensar,
ahora, sobre la crítica hecha por nuestra prensa oficialista
respecto a la práctica del fracking, cuando la hacían “los
malos”?. Resultará simplemente morboso, especular además sobre lo
que diría nuestro incondicional aliado, presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro. Maduro había señalado al fracking como parte de
una conspiración estadounidense contra los países de la OPEC,
particularmente, Venezuela.
En mis
búsquedas, localizé otro artículo importante del también
oficialista diario Trabajadores.
Ya en mayo de este año, aquel periódico contenía otro aviso, que
me pasó inadvertido. Trataba sobre una conferencia de prensa de
CUPET y el proceso de prospección petrolera en nuestro país, con
los ribetes más optimistas que los fanáticos del combustible fósil
pueden montar.
El
Director de Exploración de CUPET, Rafael Tenreyro Pérez, habló
entonces
de las alternativas aplicables en el proceso de explotación del
crudo en nuestro territorio. Hizo evidente que, para estos
directivos, cualquier medio es justificable con tal de obtener el
resultado. “Algunas de esas tecnologías son fuertemente criticadas
hoy en el mundo", advierte. Al final, “no hay tecnologías
santas, todas tienen elementos a favor y en contra. A la tecnología
hay que manejarla de la forma más racional, con responsabilidad y
seguridad”.
Se entendía ya,
como se evidencia ahora de la actuación de estos compañeros que, si
se presenta una situación para aplicar el fracking, se aplicará. A
lo sumo, se seguirán algunos protocolos establecidos según lo que
ellos entiendan como racionalidad o seguridad. Lo doloroso, es que
está demostrado que no hay una manera responsable ni segura de
aplicar el fracking, pues no hay manera de controlar todos los
complejos fenómenos, que se desencadenan a muchos metros de
profundidad bajo tierra.
El desempeño de la
estatal petrolera cubana continúa bajo la acostumbrada opacidad,
frente al pueblo, de las empresas estatales de este país. Sin
rendirle cuentas a sus verdaderos dueños, sin tomar en consideración
la opinión pública. Con impunidad total, mientras le satisfagan a
la élite gobernante sus demandas de resultados económicos. Ya hoy
aplican (bueno, casi) el fracking que ayer criticamos tanto. Mañana
aparece algo peor, y entraremos en ello de cabeza.
También valdría
la pena cuestionarse si, de ser discutido públicamente, prevalecería
una postura más ecologista o más productivista en estos asuntos. El
ecologismo en Cuba tiene muchísimo atraso. Y una parte considerable
de las personas, tras tantas generaciones de austeridades y
sacrificios sin resultados, no vacilarían en seguir cualquier
promesa de beneficio inmediato sin pensar en el mañana.
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