Las últimas veces que hemos ido al parque, Rogelito y yo, nos hemos encontrado con la agradable situación de que han reparado poco a poco todos los aparatos. Verdad que no es gran cosa, pero los columpios caídos se balancean nuevamente. El Tio-Vivo fue recuperado desde una experiencia cercana a la muerte. Incluso un aparato que no tenemos idea como se llama, que hasta hace poco presentaba apenas unos muñones de hierro, hoy se mueve de manera que los pequeñajos pueden subirse y girar con él divertidos. Rogelito se divierte en ese parque tanto como si estuviera en Disneylandia, aunque hay que reconocer que ayuda el hecho de que no conozca Disneylandia.
Ese parque me trae bastantes recuerdos, porque yo mismo jugaba en él en la época del único período especialmente bueno que los cubanos podemos recordar, llámense los años ´80 del pasado siglo. Entonces tenía más aparatos y más impresionantes, además tenía el doble de tamaño que hoy, cuando le han dedicado la mitad a centro gaastronómico-recreativo-reguetonero. Por esta razón, hará un año, nos ocurrió que encontramos el parque infantil cerrado pues "no había Dispensada", o sea, cerveza a granel, en esa área de adultos de la que evidentemente depende ahora el parque infantil. Cosas de la vida.
Ese parque tiene la característica de que se encuentra detrás de una unidad importante de la Policía Nacional Revolucionaria en el municipio nuestro, Playa. Esta unidad lleva un buen período, más de un año, en reparación-ampliación. Los que frecuentamos el parque podemos notar que hay movimiento de materiales, constructores, visitas de altas autoridades a las obras.
Bueno, en todas las sociedades es natural que las fuerzas de mantenimiento del orden se creen sus instalaciones y les den mantenimiento y las mejoren cuando sea oportuno. Yo lo encuentro natural, hasta cierto punto. Lo que no dejo es de soñar con el día en que para esas necesidades no sea preciso destinar más que lo que se le ha dedicado al parque, y en el parque se pueda invertir lo que ha sido empleado en la estación.
1 comentario:
estoy convencida que, mientras más parques existan, menos policías se necesitan. El parque brinda la posiblidad de que confluyan, no solo personas de diferentes edades sino también de diferentes estratos y grupos sociales, y todos, con el afán de recrearse en lo público.
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