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27 de enero de 2012

De parques infantiles y algunas boberías mías

Las últimas veces que hemos ido al parque, Rogelito y yo, nos hemos encontrado con la agradable situación de que han reparado poco a poco todos los aparatos. Verdad que no es gran cosa, pero los columpios caídos se balancean nuevamente. El Tio-Vivo fue recuperado desde una experiencia cercana a la muerte. Incluso un aparato que no tenemos idea como se llama, que hasta hace poco presentaba apenas unos muñones de hierro, hoy se mueve de manera que los pequeñajos pueden subirse y girar con él divertidos. Rogelito se divierte en ese parque tanto como si estuviera en Disneylandia, aunque hay que reconocer que ayuda el hecho de que no conozca Disneylandia.
 
Ese parque me trae bastantes recuerdos, porque yo mismo jugaba en él en la época del único período especialmente bueno que los cubanos podemos recordar, llámense los años ´80 del pasado siglo. Entonces tenía más aparatos y más impresionantes, además tenía el doble de tamaño que hoy, cuando le han dedicado la mitad a centro gaastronómico-recreativo-reguetonero. Por esta razón, hará un año, nos ocurrió que encontramos el parque infantil cerrado pues "no había Dispensada", o sea, cerveza a granel, en esa área de adultos de la que evidentemente depende ahora el parque infantil. Cosas de la vida.
 
Ese parque tiene la característica de que se encuentra detrás de una unidad importante de la Policía Nacional Revolucionaria en el municipio nuestro, Playa. Esta unidad lleva un buen período, más de un año, en reparación-ampliación. Los que frecuentamos el parque podemos notar que hay movimiento de materiales, constructores, visitas de altas autoridades a las obras.
 
Bueno, en todas las sociedades es natural que las fuerzas de mantenimiento del orden se creen sus instalaciones y les den mantenimiento y las mejoren cuando sea oportuno. Yo lo encuentro natural, hasta cierto punto. Lo que no dejo es de soñar con el día en que para esas necesidades no sea preciso destinar más que lo que se le ha dedicado al parque, y en el parque se pueda invertir lo que ha sido empleado en la estación.
 
 

12 de enero de 2012

La gente se extraña

tags: Cuba, sociedad, economía, corrupción, educación, salud, política, marxismo, PCC
 
En uno de esos ómnibus nuestros disparatadamente repletos, el conductor tiene encendida la radio y por los altavoces se oye que, para evitar el contagio con la gripe, se eviten las aglomeraciones. Luego un funcionario se extrañará, criticará, porque las personas no tienen bastante conciencia para recibir los mensajes de bien público.
 
Se le paga al trabajador una cantidad de dinero, que ni equivale a la fuerza de trabajo entregada, ni cubre sus necesidades familiares y humanas, y el empleador se extraña de que el trabajador no rinda todo lo que puede y hasta sustraiga lo que está a su alcance. Se le asigna a los cuadros poderes para controlar a los subordinados y que estos no roben; luego hay quien se manifiesta extrañado porque los cuadros se corrompen y roban.
 
Los cuadros administrativos son seleccionados, premiados o sancionados más en base a la satisfacción de criterios políticos y burocráticos que de resultados productivos reales –tampoco es que hayan tenido siempre todas las potestades necesarias para cambiar las cosas–, y hay quien se extraña que no se tomen las decisiones más competentes desde el punto de vista económico. Para lograr que una producción alcance al consumidor final tiene que ser planificada, aprobada, controlada, asignada, asegurada y monitoreada por las once mil vírgenes, y hay quien se extraña que se pierdan una tras otra las cosechas, y que languidezcan las mercancías en almacenes y patios.
 
Se contraen los programas y proyectos sociales de las casas de Cultura de las comunidades, se reduce al mínimo el trabajo artístico y cultural con los chicos y chicas de los solares y de las escuelas, y los intelectuales se escandalizan porque el reguetón campea por sus lares.
 
Las personas de tipología negra o mestiza están representadas desfavorablemente en cada espacio simbólico, desde los vinculados a las formas económicas emergentes del turismo hasta los recintos carcelarios, y las personas de cutis más clarito se extrañan de que se levanten voces reclamando acciones de acción afirmativa, o recuperativa, o como se le quiera llamar. Las personas heterosexuales, "normales", adquieren determinados derechos y seguridades legales, protección por la ley, etc., al establecer relaciones familiares, y se extrañan porque las demás personas consideren que tienen derecho a tener iguales derechos, y porque se le llame discriminación al hecho de que no los tienen.
 
El gobierno renuncia a repartir objetos de consumo por cartillas de racionamiento igualitarias. En su lugar reintroduce el mercado, herramientas de recaudación elementales del capitalismo, promueve la absorción de divisas y remesas, la propaganda a sus refresquitos Ciego Montero, a sus excursiones turísticas, a sus líneas de telefonía móvil; y los ideólogos se extrañan del rebrote irrevocable de los estándares consumistas, de la reaparición de la fiebre de compras los días de Reyes, las Navidades, y otras ocasiones que destacan las desigualdades manifiestas que las nuevas políticas conllevan.
 
Oficialmente, existe un solo suministrador, una sola cadena monopólica, sobre la venta de mercancías industriales, y las personas se extrañan porque los precios son abusivos. La protección al consumidor está a cargo de los mismos sujetos de los que el consumidor, precisamente, debe ser protegido, y hay quien se extraña porque esto no funcione bien.
 
Por otra parte, las personas desearon y desearon mucho tiempo que el Estado diera paso a los agentes privados en servicios que obviamente no era capaz de satisfacer, llámese, por ejemplo, el transporte de pasajeros con los vehículos –coches, camiones– de los que estos agentes pudieran disponer sin la intervención del primero. El gobierno dio luz verde, y ahora los pasajeros se extrañan por que los nuevos proveedores, insuficientes para que exista una real competencia, impongan los precios más altos que el mercado es capaz de aguantar. Algún paralelo se puede establecer con los cada vez más caros productos vegetales, que ofrecen los carretoneros ambulantes, por los que se extrañan indignados los consumidores.
 
El personal de salud pública y de educación, indigestado de exhortaciones morales, a menos que "enganche" una misión para rendir servicios en un país extranjero, subsiste con más precariedad que aquellos edificios de Centro Habana que dieron pie al término "estática milagrosa". No hay una mano en el público que les amortigüe un poco la disparidad de sus ingresos con el costo de la vida, y a los pacientes y a los padres de los estudiantes les extraña que decaiga la calidad de los servicios, para usar términos conservadores.
 
Por décadas se nos embutieron versiones filosóficas estalinistas y paternalistas, para que las tomáramos como la realidad del socialismo; y en lugar de teoría marxista y de pensamiento socialista y dialéctico se nos daban los bodrios dogmáticos de Konstantinov, más una suerte de melcocha nacionalista purgada cuidadosamente de toda contradicción con el discurso que estuviera en boga en cada efímero momento. Hoy, unos académicos canosos se extrañan porque el marxismo y el pensamiento de izquierda son fieramente asediados por el despreocupado liberalismo o la simple  enajenación social.
 
Hay quien se extraña del que aprendió a lisonjear a los que fueron a la loma, y ahora comparte la cima. Otros se extrañan por que los jóvenes prefieran ganarse la vida en el extranjero que debérsela a un concepto abstracto que a cambio les demanda un genérico y abrumador Todo. Hay quien se extraña que un gobierno de izquierdas sea tan lisonjero con jefes de Estados de derecha, tan solo por un par de palabritas amables, una visita y unas palmadita en la espalda. Hay quien se extraña que se apoye más al imperialista Putin que al comunista Ziuganov. Hay quien impone sanciones severas al que se aparta del discurso oficial en el espacio oficial, y se extraña porque los comentarios en otros espacios son muy diferentes comentarios. Hay quien se extraña de que haya muchas Cubas en una Cuba.
 
¿Y de qué se extraña usted?

10 de enero de 2012

El 2011 en la ciencia y la tecnología

Tags: ciencia, tecnología, 2011, avances, cosmos, energía, clima, medicina
 
Para estar a tono con el espíritu de fin de año, los medios dedicados a la divulgación de los adelantos científicos han hecho el balance de los más importantes acontecimientos de la ciencia moderna, ocurridos en este 2011. Desde nuestro palco, podemos aprovechar la conexión Infomed, que permite acceder a muchos contenidos de los sitios de los prestigiosos medios estadounidenses, Nature y Science. Estos son algunos de los momentos más destacados.
 
La administración norteamericana del espacio, la NASA, tuvo bastante trabajo este año, con entregas en la ventanilla de las alegrías y en la de los contratiempos. Lograron el éxito de una delicada misión que colocó un satélite alrededor de Mercurio, la nave Messenger, que investigará a profundidad los secretos del pequeño y recalentado planeta, el más cercano a nuestro Astro Rey. En cambio, perdieron el artefacto Mourning Glory, que se hundió con el cohete Taurus que lo debía poner en órbita, perdiendo así la oportunidad de recolectar valiosa información sobre el clima de nuestro propio mundo, datos tan esenciales ahora que el calentamiento global, provocado por la emisión de gases de efecto invernadero, extiende tantas amenazas. Otra nota importante consiste en el fin del programa de la NASA de trasbordadores espaciales, después de 30 años y 135 misiones. Al cosmos, entonces, con los Soyuz.
 
Las investigaciones con células madre siguen a ritmo trepidante. Como en el resto de la vida real, estas dan para bien y para mal. El estudio del equipo de Yang Xu, de la Universidad de California, San Diego, demostró que pueden disparar reacciones inmunológicas en el organismo, incluso inducir tumores; desde Kobe, en Japón, el equipo de Yoshiki Sasai dio un buen avance al lograr formar estructuras de la retina de un ojo humano, lo que adelanta más las posibilidades para reparación de órganos y tejidos.
 
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, IPCC, continúa y profundiza su trabajo. El calentamiento del clima se confirma por más y más vías, se confirma la responsabilidad humana, y se pronostica además el incremento en frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos. Por otro lado, el acuerdo entre autoridades peruanas y de la Universidad de Yale constituyó una nota de justicia, y la institución académica devolverá a Machu Picchu artefactos de la cultura incaica, y ayudará a reconstruir el museo allí existente.
 
Un suceso tecnológico que generará pesadillas durante un buen tiempo fue el accidente de la central atómica de Fukushima, en Japón, el pasado mes de marzo. Las acciones de los humanos son así de curiosas: pocos se acuerdan ya del terremoto y el tsunami que causaron decenas de miles de víctimas y conmocionaron la sociedad y la economía del coloso asiático, además de causar el destrozo original en la electronuclear; sin embargo, y sin haber puesto una sola víctima fatal extra como consecuencia de los estragos, la energía nuclear cargó con el sambenito más impopular, y varios países europeos, entre los que se destaca Alemania, desarrollan ahora planes para cerrar sus plantas.
 
El combate contra el virus de la hepatitis C registra avances en el 2011. Varios fármacos culminaron el período de pruebas y aprobación por los celosos agentes de la FDA, la Administración estadounidense de fármacos. El Boceprevir, de la Merck, y el Telaprevir, de Vertex Pharmaceuticals, basados en técnicas de altísima tecnología, estudios de proteínas y ese tipo de maniobras, prometen una revolución en el tratamiento a este mal. Falta ahora que las nuevas oportunidades no lleguen solamente a los enfermos con altos niveles adquisitivos.
 
En otro orden de historias, el laboratorio italiano Gran Sasso hizo disparar enormes titulares cuando, en septiembre pasado, publicó los resultados de la detección de un haz de partículas del tipo  neutrinos, que dispararon desde otra instalación en Suiza, a unos setecientos kilómetros. La razón de tanto alboroto fue que los neutrinos viajaron, aparentemente, más rápido que la luz, lo que implica la reformulación más profunda y revolucionaria de la física que se conoce desde los tiempos de Einstein, quien decía que nada puede ser más rápido que la luz. Precisamente, todos estamos deslumbrados y esperamos a que se confirme bien ese experimento, porque una teoría de la relatividad no se hace y deshace cada quince días, por mucha prisa que hayan tenido esos neutrinos en ir a comer lasaña.
 
La carrera aeroespacial continuó acaparando la atención del público. La nave Juno, de la NASA, partió en agosto con destino a Júpiter, para estudiar al gigante gaseoso. Dos orbitadores chinos, el Shenzhou-8 y el Tiangong-1 se acoplaron en la órbita terrestre, marcando otro avance para el propósito de la nación asiática de establecer una estación orbital. La poesía se halló a su gusto en el beso de las dos naves espaciales. Se puede alcanzar una idea de la complejidad del logro, considerando que las dos moles volaban a más de 30 mil kilómetros por hora, en el inmenso espacio alrededor de nuestro planeta, mientras ejecutaban el delicado acercamiento.
 
Los que se afanan buscando planetas donde pudiera existir vida extraterrestre también tuvieron sus alegrías con los descubrimientos del telescopio Kepler, que incrementa el número de mundos que orbitan estrellas cercanas. Algunos de ellos, incluso, se parecen mucho a nuestra Tierra. Una nave rusa, con destino a Marte, perdió el rumbo en el espacio. En cambio, la norteamericana Curiosity sigue recorriendo las arenas del vecino rojo.
 
Por acá abajo, la información basada en censos y cálculos demográficos permitió afirmar que en el mes de octubre se completaron los 7 mil millones de habitantes sobre nuestro planeta. Y siendo tantos, no se tiene la suficiente conciencia, pues las últimas conversaciones de la cumbre en Durban, Sudáfrica, sobre cuidado del medio ambiente, fallaron en consensuar una política común que permita la explotación sustentable de los recursos naturales y especialmente, la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero producto de la quema de combustibles fósiles. Estados Unidos, Canadá, Rusia, fueron consecuentes con su política de priorizar la economía por encima de la ecología, por más corto que sea el plazo de ilusoria prosperidad.
 
Pongamos un color optimista para ir cerrando. Un gran estudio terminó en África, su fase tercera y final, con resultados muy prometedores para la aplicación de un candidato de vacuna contra la malaria. A la vez, se demostró que las terapias antirretrovirales son buenas no solo para mantener en pie a un contagiado con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), sino para evitar que este le contagie la enfermedad a otras personas. Este suceso fue seleccionado, por el consorcio Science, como el evento científico más importante de estos doce meses.
 
Finalmente, en el Gran colisionador de Hadrones del CERN, un aparato colosal donde los físicos se entretienen haciendo chocar partículas elementales con energías tremendas, están a punto, dicen, pero todavía no encuentran el llamado Bosón de Higgs, que les hace falta para terminar de cuadrar un gran modelo de esos que les gustan a ellos, sobre la estructura y cómo está compuesto todo en nuestro Universo.

4 de enero de 2012

A dónde vamos: siga la señal de los símbolos

Tags: Cuba, actualización, cambios, economía, política social, Marino Murillo, visita del Papa a Cuba
 
Cuando uno está medio perdido en una ciudad, un mapa o los símbolos del tráfico le pueden servir de ayuda para orientarse. Si uno no comprende muy bien el rumbo que llevamos en nuestro país, qué tal si le echamos un vistazo a lo que se ha constituido históricamente como símbolos de la nación y la sociedad que se ha ido desarrollando en ella.
 
Empecemos por uno clásico, la industria azucarera. No hay que explicarle a nadie medianamente enterado, lo que ha significado la fabricación del azúcar de caña para Cuba. La mejor tradición sindicalista de este país se forjó en los centrales, y en los puertos que embarcaban la mercancía fabricada en esos centrales. La idiosincrasia de la nación le debe un caudal incalculable a esta actividad. En los años 60 incluso se creó el Ministerio del Azúcar. Pues bien, después de la ruina causada por la dirección hipercentralizada y el burocratismo administrativo en nombre del socialismo y el control, la solución con que se apea el gobierno consiste en anular el ministerio y crear un grupo especial corporativo. Este grupo es mucho más mercantil, más comercial, más competitivo, y mucho menos conectado con las realidades sociales que giraban alrededor de las fábricas, las necesidades de la población que depende de esa actividad y, por supuesto, está mucho menos comprometido con escuchar y respetar el criterio de los trabajadores y las trabajadoras, a los que supuestamente pertenecen los medios de producción en el socialismo y que ahora pueden ser considerados prescindibles y despedidos con pocas consideraciones. La nueva corporación del azúcar, ahí hay un símbolo de los nuevos tiempos.
 
Claro que no solo en la industria azucarera se aplican los despidos. Solo Marino Murillo, la Virgen de la Caridad y algún privilegiado más sabrán en este momento, cuántos despedidos habrá en todas las ramas económicas y sociales, a partir de los anuncios de que en la economía sobraban más de un millón de empleados improductivos. Claro, que uno se pregunta cómo llegó a crearse tal situación. En todo caso, las promesas hechas por los máximos líderes del gobierno (y no solo Lage y Pérez Roque) de que no iban a aplicarse terapias de choque, de despidos, etc., remarcaban una idea hoy caduca, de que la seguridad del empleo desempeñado era una de las garantías de la Revolución. Bueno, la precariedad del empleo público: otro símbolo del siglo XXI cubano.
 
Claro que ahora te permiten realizar una actividad económica por cuenta propia e, incluso, emplear a otras personas o contratarte para trabajar para ellas. La explotación privada del trabajo asalariado constituye el próximo símbolo revelador en nuestro mapa.
 
Tanto discurso y énfasis en el rendimiento económico eclipsan un poco un componente ideológico considerado central hasta no hace mucho: la construcción del hombre nuevo. Por ejemplo, el concepto de trabajo voluntario, suficientemente maltrecho  y sobreviviente a duras penas, está recibiendo un certificado de defunción. En varias instancias públicas se ha resumido la nueva mentalidad, hombre, para qué, eso no es eficiente, la empresa hace su trabajo, el obrero recibe su salario por cumplir su tarea… no, en los nuevos escenarios no hay espacio para el trabajo voluntario. Como en los tiempos donde esta actividad se utilizaba para suplir las deficiencias productivas, hoy nadie se acuerda del carácter formativo y autoformativo con que lo concibió el Che Guevara.
 
Al que, por cierto, le hubiera dado un síncope si viera las consideraciones que le estamos dando hoy en Cuba a los extranjeros, más que a los cubanos. Ya pueden comprar propiedades inmobiliarias, campos de golf, con unas garantías de ensueño, para que los banqueros millonarios vengan acá a gastar unas migajas del dinero que les han exprimido a los pueblos por ahí.
 
No se puede hacer una relación como esta, sin mencionar la evolución del símbolo por excelencia de lo que ha sido el socialismo cubano, la cartilla de racionamiento –más conocida como libreta de abastecimiento. Pues bien, después de haber sido defendida y calificada por nuestro máximo líder como el instrumento más justo del mundo, después de haber sido explicada por muchos de nuestros ideólogos y periodistas como algo maravilloso y capaz de explicar por qué no nos caímos como los regímenes de Europa Oriental, ahora mengua, se desvanece y da paso a una repartición de las mercancías basada cada vez más en las leyes puras y duras del mercado.
 
Pero el símbolo más irónico de todos, es el de los recortes de los gastos sociales de todo tipo. Créalo o no lo crea, a tono con los tiempos que corren, el ministro de Salud Pública acaba de  destacar con mucho orgullo, como logro notable de su ramo, la disminución en casi un 8% del presupuesto con relación al año pasado.
 
Y podemos terminar este desfile con otra bandera de alegres colores, la del Estado Vaticano. La visita del Papa en el 2012 entrante será otra manifestación del romance que renueva nuestro Gobierno, ex-materialista dialéctico, con una Iglesia que nunca fue precisamente entusiasta de la Teología de la Liberación, sino que siempre mantuvo y mantiene sus acostumbradas posturas de derecha.
 
El propósito de este espacio, aclaro, no es criticar o pronunciarme en contra de posturas o símbolos o direcciones. Es apenas señalar algunas señales, símbolos en el mapa, que pudieran ser pistas sobre una dirección general.

3 de enero de 2012

Vamos a hacer un balance de verdad

tags: energía nuclear, contaminación, accidentes industriales, combustibles fósiles, ecología, medio ambiente, carbón, petróleo,  Isla de las Tres Millas, Chernobil,  Fukushima, Prestige, Exxon Valdez, Selendang Ayu, COSCO Busan, COSCO Full City, Deep Water Horizont, Statfjord, Montara, Chevron
 
Sí, porque se está haciendo un poco repetitivo esto de oír acusar a la industria nuclear, particularmente las centrales eléctricas, de todos los males imaginables; de que nos amenacen con terribles peligros desencadenados por horrorosos accidentes que nos atenazarán las gargantas, y de los que solo podremos escapar desarmando hasta la última tuerca de los malvados reactores nucleares.
 
Los sucesos de Fukushima, no es que hayan inclinado la balanza, sino que fueron utilizados por el cabildo antinuclear para propinar una soberana paliza a estas formas de energía en la mayor parte de Occidente. Curiosamente, todavía no han enterrado a una sola víctima de la central atómica en sí, cuando la cifra de las víctimas del terremoto y maremoto que sacudieron aquella central llegó a decenas de miles en todo Japón. Esto no es obstáculo para que la industria nuclear vuelva a vestir el sambenito de la más peligrosa y mortífera.
 
Si se aprecian con un mínimo de objetividad las otras formas de procurarse energía que tiene la humanidad, veremos que no es tan así. Si se desea hablar con propiedad de peligros de accidente se deben tomar en cuenta, obviamente, los sucesos de la Isla de las Tres Millas, Chernobil, y ahora Fukushima. Ahora, veamos una brevísima relación de otros sucesos que también se deben tener en cuenta.
 
Empezemos por la industria del carbón. Con gran facilidad encontramos en Wikipedia, una lista de desastres relacionados con esta actividad (http://en.wikipedia.org/wiki/Mining_accident), todos con un extenso inventario de fallecidos y lesionados.
 
Empecemos en los USA, y tomemos solo los sucesos más recientes. En el 2006, entre Kentucky y Virginia  Occidental, 72 mineros perdieron sus vidas. En el 2010, una explosión subterránea causó la muerte de otros 29, en la Upper Big Branch Mine, de nuevo en Virginia Occidental.
 
En Sudáfrica, par de accidentes en 1983 y 1993 costaron las vidas de 64 y 53 personas, respectivamente, en las regiones de Zulu Natal y Mpumalanga.
 
Al menos 108 muertos se reportan por la explosión de la mina de Ulyanovskaya, en Kemerovo, Rusia. Una explosión anterior había matado 38 mineros en Yubileynaya en mayo del 2007. Otros 66 muertos, 99 heridos y 24 desaparecidos fue el recuento tras las explosiones en Raspadskaya.
 
La lista de accidentes en minas de carbón en Polonia es tan extensa que tiene su propio apartado en Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_mining_disasters_in_Poland). Solo desde 1990 hasta hoy, casi un centenar de trabajadores de esa rama han pagado con sus vidas el mineral.
 
En China, que produce aproximadamente el 35% del carbón del mundo, se producen también la mayor parte de los accidentes y las víctimas fatales. Solamente en el 2006 hubo más de 4 700 fallecidos por estas causas.
 
¿Todavía seguimos creyendo que la industria nuclear es la más insegura?  ¿O que son cosas del pasado o de países subdesarrollados?
 
En 1992, en Canadá, 26 mineros perecieron tras la explosión de una mina en Plymouth, Nueva Escocia. En la mina de Beaconsfield, Australia, en el 2006, 16 obreros escaparon por un pelo después de un derrumbe, falleciendo uno de sus camaradas. En Francia, Bélgica y Gran Bretaña, afortunadamente, no se han producido grandes desastres en los últimos decenios, si bien el luto no ha escaseado históricamente en las familias de los mineros. El 19 de noviembre del 2010, 29 neozelandeses perdieron su vida en el desastre de la mina de Pike River.
 
Ah, pero con la industria nuclear es distinta. En esos accidentes del carbón, pobrecitos, se mueren los pobres muchachos pero la contaminación no golpea a los residentes en las áreas circundantes.
 
Bien, vamos a mirar otro panorama entonces: la lista de los derrames de petróleo. Anticipemos que no cabe en varias páginas, como no cabría tampoco la relación de las consecuencias negativas para la vida y la actividad económica. Los nombres de barcos Prestige, Exxon Valdez, Selendang Ayu, COSCO Busan, COSCO Full City, etc., encabezan una lista de desastres ambientales de proporciones mayúsculas, con monumentales derrames de hidrocarburos. A esto sumemos los sucesos de las plataformas petroleras Deep Water Horizont, la planta estadounidense que estalló en el golfo de México con saldo de decenas de muertos y heridos y un derrame salvaje que le puso los pelos de punta al litoral sur de los USA durante entre abril y julio del 2010; la noruega Statfjord y su siniestro en diciembre del 2007; la plataforma australiana Montara, que entre agosto y noviembre del 2009 contaminó medio mar de Timor; los desastres de la Chevron en Ecuador y Brasil, con demandas judiciales por daños masivos humanos y ecológicos, y ceremillar de ejemplos más. En cuanto a los oleoductos, cada mayor productor ha hecho titulares negativos varias veces, desde Canadá hasta la India, desde Namibia hasta Rusia, con el derrame de muchos, pero muchos miles de toneladas de hidrocarburos tóxicos, envenenando aguas, tierras y aires, flora y fauna y ecosistemas en conjunto, y provocando de paso un número incómodo de víctimas fatales.
 
Ah, pero es que estos sucesos ocurren tanta frecuencia que dejan de ser noticia, para mayor demostración de que sus estándares de seguridad no son ni remotamente, tan rigurosos como los de las electronucleares. Aún así, los representantes de las industrias de los combustibles fósiles se alegran de tener en el empleo del uranio, a un alter-ego contra el cual se dirijan las mayores invectivas. Todo esto, sin contar el infausto registro de guerras y conflictos avivados por los intereses de las grandes compañías petroleras. Tal vez por ser, la mayoría de estas víctimas fatales, infelices habitantes del Tercer Mundo, nativos poco visibles a los ojos del hombre blanco "civilizado"…
 
¿Se limpian más rápido los desastres de los combustibles fósiles que los de la industria nuclear? Qué idea tan ingenua. La industria nuclear procesa y encapsula y guarda sus desechos en depósitos subterráneos de alta seguridad, de donde se pudieran volver a sacar en un momento para reprocesar y utilizar la energía todavía latente en ellos, en alguna de muchas ventajosas posibilidades. La industria del combustible fósil suelta sus desechos a la atmósfera, a las aguas, a la tierra, alegre y despreocupadamente. En las cenizas de una planta termoeléctrica de carbón, por cierto, hay una cantidad de  radiactividad –concentrada en esas cenizas a partir de los radiosiótopos presentes en el carbón natural quemado– que, según cálculos, sobrepasa sustancialmente la que se encuentra alrededor de las electronucleares, así que si vamos a preocuparnos por los cánceres, leucemias y esas cosas terribles, replanteémonos cuidadosamente cuál se debe cerrar primero.
 
Y finalmente, el calentamiento del clima y todas esas realidades ambientales devastadas por la emisión de gases de efecto invernadero… El descongelamiento del Ártico y los glaciares, la amenaza de que con el fenómeno homólogo en Groenlandia y la Antártida, el creciente nivel del mar engulla decenas de kilómetros de costas, tierra adentro, con islas y países enteros incluidos… El aumento de los fenómenos atmosféricos extremos, díganse sequías y huracanes, con sus secuelas espantosas de hambrunas, inundaciones, muertes, etc…
 
De verdad, me cuesta trabajo entender que alguien que se diga ambientalista, prefiera combatir primero el uso de la energía nuclear, y cerrar los ojos indulgentemente frente al empleo cotidiano de combustibles fósiles. En realidad, lo mejor que le puede pasar a este apolismado planeta, es que lleguemos pronto al pico y decline de la producción de petróleo. Eso, si no les da por sustituirlo por más carbón.